jueves, 26 de noviembre de 2015

25 de noviembre de 2015, POR LOS CERROS DE SANTUIL


Crónica - embrión de una excursión que se decidió en la cafetería de la gasolinera de Venturada. La que estaba prevista anteriormente, en los aledaños de La Granja, se abandonó a causa de las inclemencias del tiempo: había nevado el fin de semana anterior y la nieve permanecía en el suelo, helada; además, la previsión meteorológica para el día aconsejaba buscar la vertiente sur de la sierra.

Gonzalo describe lacónicamente la ruta de la forma siguiente:

"Como pudieron comprobar los asistentes, fue como hacer dos excursiones distintas. Por una parte, un largo y agradable paseo otoñal, por bonitos bosques y una iluminación atractiva, con piscolabis y comida en el refugio en condiciones de comodidad por encima de lo habitual. Por otra, una marcha invernal al norte de refugio, con nieve y viento y sin visibilidad.

Salimos de 1.325 m. de altura y llegamos al entorno del Puerto con 1.750 m., con recorrido de unos 13 Km."

Y José Luis H. nos ayuda a perfilar algo más la escena, en estos términos, casi literales:

Desde los coches, en un punto de la Vereda del Molino, hasta el refugio de Santuil

Siguiendo primero el Arroyo de la Trocha, dejando a la derecha el Regajo de la Zorra y torciendo por último hacia el Barranco del Sapo, subida tranquila aunque con viento que, por momentos, resulta molesto y acentúa la sensación de frío. Bien es verdad que a no todos molesta: de haber sido así no hubiera sido calificado este primer tramo de la ruta como "agradable paseo otoñal".

Hacemos la parada del piscolabis en lo que parece un refugio, aunque en el plano figura como Casa forestal de Santuil. Naturalmente, está cerrado, pero el porche, aunque escaso, es confortable y está dotado de bancos que nos permiten recuperar fuerzas abrigados del viento. Debe ser verdad lo de casa forestal. De haber sido refugio debería haber estado abierto, mientras que las casas forestales, como todo el mundo sabe, pueden estar abiertas o cerradas y, más frecuentemente, cerradas. Releo el párrafo que acabo de escribir y me veo en la obligación de aclarar que para recuperar las fuerzas no nos comimos los bancos sino las almendras y otros frutos secos que portábamos desde casa. Lo de los bancos tiene que ver, sobre todo, con la comodidad del asiento, "por encima de lo habitual".

Desde Santuil hasta las cercanías del Puerto de Peña Quemada

Continuamos la ascensión por el PR 38 y, a medida que avanzamos, se observa que, o las nubes están cada vez más bajas o somos nosotros los estamos cada vez más altos. Incluso pueden ser las dos cosas a la vez. El caso es que el paisaje se hace un poco gris pero con una luz muy atractiva.

Comenzamos a pisar un poco de nieve y, cuando llegamos al punto previsto para el retorno, la capa es ya de unos pocos centímetros. Estamos en las proximidades de La Hondilla o Puerto de Peña Quemada y hay que tomar una decisión: ¿por dónde volver? Hasta tres posibles caminos, incluyendo el de subida, se nos ofrecen. Algunos se inquietan. Se ve que lo de las opciones múltiples no siempre cuenta con buena acogida, especialmente entre indecisos.

Enviamos exploradores mientras el resto matamos el tiempo viendo un curioso vídeo sobre "los Belenes de Carmena", que envía un corresponsal. ¡Qué cosas pasan!. (Aquí, el editor no puede por menos de interrogarse acerca de si las cosas que pasan y que provocan la admiración del redactor son las que se narran en el vídeo o el que alguna de la gente de este grupo sea capaz de practicar semejante pasatiempo). Ante las dudas se decide, de alguna manera, la solución más conservadora: regresar por el mismo camino de subida. El lector puede deducir que los exploradores exploraron pero no aclararon.



Las fotografías muestran el ambiente invernal del punto de retorno y la muy relajada y festiva actitud de los paseantes, seguramente después de haber visto el vídeo.

.. y desde allí hasta el refugio, a comer otra vez

La solución adoptada nos permite bajar tranquilos y relajados hasta llegar de nuevo a la casa forestal alrededor de las dos de la tarde. Una buena hora para comer al abrigo de nuestro conocido y cómodo porche... y en los bancos que permiten reponer fuerzas.

En ausencia del Muriel por ausencia de su proveedor habitual, al que deseamos una pronta incorporación, Antonio nos obsequia con unos tragos de vino en bota, que no desmerece y, sobre todo, que sabe a "gloria bendita" en este momento y circunstancias. No faltó el chocolate de Rodrigo y algún chupito para rematar. 

Desde el refugio a los coches y más

A partir de aquí -del refugio o casa forestal, del vino en bota y del chocolate- una apacible bajada hasta llegar a los coches y el remate con café y caldo caliente a discreción para recuperar el tono. (El editor queda con la curiosidad de saber donde se sirve ese caldito reconfortante)

El mapa de la ruta seguida, trazado a mano - dizque temblorosa - por Gonzalo, se ofrece a continuación.


Joaquín resume admirablemente y desde una perspectiva personal el éxito del paseo. "Poco que añadir a lo dicho. Pisamos nieve un rato y comprobamos como el viento influye mucho en la sensación térmica (como veis, nada nuevo); tanto que durante un ratito caminaba a la misma velocidad que Rafa. Estuvo "muy bien", a ratos no iba el último". No se puede expresar mejor.

Antonio ha proporcionado el material fotográfico. Muy oportuno y de calidad. Antonio, ¿quién puede atacar a tu utilísimo smartphone?

2 comentarios:

  1. Los calditos calientes en Lozoya. No recuerdo el nombre del Mesón, pero el caldo está convenientemente publicitado en el exterior del local situado en una plaza céntrica.

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  2. Felicito a todos los comentaristas"amateurs" porque ha quedado una crónica muy arreglada.
    Añado mis agradecimientos al leader, al redactor jefe y al Bar El Tonel de Buitrago, sin cuya colaboración este paseo hubiera sido peor.

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