domingo, 2 de julio de 2023

21 de junio de 2023, LOS ALMORCHONES

Había estado manipulando la cámara de fotos para no se qué y se quedó con el sistema de enfoque equivocado. Desenfoque de fotos por lo tanto, unas sí y otras no, remediado de aquella manera como se puede ver. Espero que el desenfoque no se haya extendido a la breve descripción de nuestra jornada. Último día del curso, con calor y ausencias, después de la nutrida participación en la comida del pasado miércoles. Con este paseo cerca de los Almorchones Ignacio recuperó la ocasión frustrada por la lluvia de hace unas pocas semanas y el cronista recupera el buen hábito de escribir en el cuaderno.


Ignacio ha titulado: "la ruta de las aguas". Aguas desde el inicio del paseo, como las del arroyo Zahurdón donde dejamos los coches. Hay más nubes que claros y hace calor. Hoy somos ocho los que nos reunimos para andar: Antonio, Aurelio, Gonzalo, Ignacio, José Luis, José María, Paco A. y el que suscribe. Por allí, un numeroso grupo de chavales se prepara para dar un paseo, su paseo, que quizá coincida en algún punto con el de estos veteranos.

10:25 Aurelio desenfocado aunque sonriente.

No hay prisas. Entre el calor y la suave cuesta arriba se quitan las ganas de correr. Hay tiempo para averiguar el nombre de los botones amarillos sin pétalos que salpican el terreno. Es la santolina, de propiedades antiinflamatorias y ornamentales. Quedarían bien en una fotografía, pero se me salen de foco y así lo dejo, en plan ornamental.


Las puertas en el campo están para saltarlas. No me crean ustedes. Las puertas en el campo están para lo que están y solamente las ganas de bromear resultan en esa imagen de falsos equilibrios. A la derecha según se mira de esa puerta de vehículos hay otra pequeña y accesible para peatones y andarines, como debe ser.

11:21 Dicho queda que es puro circo

Una hora nos llevó llegar hasta el embalse de la Maliciosa, todo por buen camino. Los Almorchones, que resultan ser dos promontorios a nuestra derecha, van quedando detrás y debajo. Hemos pasado por tres collados casi sin sentir: el de la Plaza, el de los Escondidos y el de Majaespino. 

11:36 El embalse de la Maliciosa es pequeño y oscuro. Una alambrada lo protege relativamente de asaltos mejor o peor intencionados. Precedidos por Ignacio, Antonio y el cronista se acercan a la orilla. Unos pececillos de nerviosos movimientos se dejan ver ahora sí, ahora no.


El calor ha aumentado y el agua es una tentación. Mientras el grupo de críos que ha vuelto a aparecer hace una pausa fuera de la alambrada y el grupo de mayores se va al otro lado del embalse, Antonio se desviste y se zambulle en su estanque dorado. Dice que el agua está deliciosa y siente que los pececillos nerviosos le hacen cosquillas en los pies.


El baño ha durado poco, lo imprescindible. Seco y vestido, nuevo, Antonio se une al indiscreto fotógrafo y, juntos, retoman el camino con los demás, que ya han celebrado el piscolabis. Envidiosos, los compañeros de jornada, que no de chapuzón, le señalan como infractor y le exhiben tan contentos al pie del cartel. Mientras tanto, Paco A. nos ha abandonado para atender obligaciones y se vuelve por donde hemos venido.

12:17 De verdad que nadie se había fijado antes en el edicto.

El camino se pone antipático en la más bien larga bajada que hay que hacer desde el collado que separa la peña de las Poyatas y la peña Retuerta: un terreno de gravilla menuda, muy seca, muy deslizante, peor incluso cuando el camino se hace pista de cemento abandonada a su suerte.

12:33 José Luis evita, saliéndose del camino, el resbalón.

A lo largo de la traicionera bajada hay piedras dignas de mirar por su color, por sus formas y, desde luego, por su estructura. En la de la de la esquina de abajo, a la derecha, se puede apreciar su configuración original, que subsiste a pesar de la fragmentación y de la erosión. En algunos años -¿cientos?- cuando se hayan separado del todo los pedazos será un rompecabezas de difícil reconstrucción, salvo para los que hayan conservado esta fotografía.


La Fuente de la Colmena tiene varios caños y varias piletas; está muy bien conservada, pintada en blanco recientemente y con muros, bancos y suelo en piedra tallada. Como el sitio invita a sentarse, lo hacemos brevemente y algunos probamos el agua del caño principal. 

13:00 La Fuente de la Colmena

Seguimos hacia el Alto del Hilo, posible extensión de nuestro paseo, pero ya nos vamos haciendo a la idea de dejarlo para mejor ocasión por aquello del calor. Durante el trayecto desde la fuente de la Colmena hasta la carretera también hay cosas que mirar: un predio diminuto cercado con alambre, con una cabaña de maderas y latón, una escalera y un botijo - mirar pero no admirar -; un hito del Camino de Santiago con chapa vitrificada; unas mariposas melanargias apareándose; y un pequeño escarabajo, que se conoce como zapatero no sé por qué, sobre la santolina. 


Un poco antes del cruce de la M-601, Antonio y Gonzalo deciden atajar y regresar al punto de partida por lo tieso, por lo que parece un buen camino. Y los demás, aunque dejando de lado el Alto del Hilo, obedecemos el trazado del plan original y seguimos hacia el embalse de Navacerrada por donde la Casa de la Salve. Siguen apareciendo cosas que ver, como campos de diminutas flores moradas de tomillo rastrero y el bruñido espejo de la superficie del embalse. El dichoso foco de la cámara dio para flores pero no para espejos.

14:00 Podíamos haber hecho por aquí el almuerzo, que asientos no faltaban, pero elegimos la vecindad del embalse.

Aurelio ha traído el muriel pero no lo descorchamos. La tarde está más bien para refrescos y tentempiés, bochornosa y un tanto gris. Por ahí nos quedamos almorzando, donde el mapa lo señala aunque con esas indicadas ¨vistas¨ un tanto ocultas por la vegetación. El bajo nivel del embalse nos ahorra un buen trecho de andar rodeando el agua. 

14:01 Navacerrada al fondo

Un último empujón, compuestos ya debidamente pero sin muriel, por un paseo que se titula La Longuera y donde se reúnen, todas a la vez, las delicias de la vida campestre. Así se infiere de la lectura del texto, un tanto afectado, de la placa verde que adorna el comienzo del paseo desde Navacerrada. 

14:47 En madera y en metal, para que se sepa titular el paseo.

Al cabo de poco ya estamos donde se quedaron los coches. Antonio y Gonzalo han buscado asiento a la orilla del Zahurdón para dar cuenta de su almuerzo y esperarnos. Nos cuentan que el recorrido que hicieron desde el cruce de la carretera fue muy cómodo y breve, lo que anotamos como referencia para el futuro.

15:00 Nos reunimos y Antonio recoge los enseres del almuerzo.

Y colorín colorado, este curso se ha acabado. Dice Ignacio, que lleva la cuenta de los números, que hemos salido 33 miércoles, con 380 km. recorridos y 8.757 m. de desnivel superados, casi un Everest. Nada mal, digo yo. Y tenemos la esperanza de seguir en la brecha el curso siguiente y los sucesivos.

Han sido hoy 9,8 km. y 332 m. de desnivel.