lunes, 7 de diciembre de 2015

2 de diciembre de 2015, RUTA DEL BOSQUE PLATEADO Y DEL AGUA

Crónica debida a la pluma de José Luis H., con interesantes, cuanto menos, aportaciones de Antonio, Rodrigo e Ignacio.


Bajo este sugerente nombre se esconde la ruta convocada para hoy miércoles día 2 de diciembre por las cercanías de Guadarrama. Está catalogada como "apta para todos los públicos" por los expertos en estas cosas, incluso para aquellos mierconistas que estén un poco malitos.

La dedicamos a nuestro compañero Salva que, después de una temporada de ausencia, se reincorpora hoy en buena forma. La forma física quedará luego sobradamente demostrada. De la otra forma, que no es la física, aparecen pronto muestras en el viaje desde Madrid con su interesante relato sobre cuchillos de fabricación artesanal con finos materiales importados desde lugares exóticos.

Por recomendación de nuestro cronista, editor y fotógrafo oficial, hoy ligeramente indispuesto, esta crónica pretende ser una “crónica coral”, extraño término muy de moda que yo utilizo importado para señalar que el relato central irá aderezado de distintas opiniones, chascarrillos, anécdotas o lo que sea, aportadas por distintos mierconistas.

Las diferentes expediciones nos concentramos en el pueblo de Guadarrama a las 10 h. para tomar café y acudir juntos a punto de arranque situado en uno de los aparcamientos situados en las proximidades del Embalse de la Jarosa. Hoy somos un grupo numeroso, nada menos que diez mierconistas dispuestos a la faena.


Hay que decir que la ruta es todo un descubrimiento para el grupo en general y, desde luego para este asombrado organizador. Siempre hay cosas nuevas que se pueden explorar en este regalo de la naturaleza que disfrutamos a un “tiro de piedra” de nuestras casas.

También hoy podríamos decir que la jornada tiene dos partes claramente diferenciadas.

La primera, El Bosque Plateado: Pinos Laricios que al parecer constituyen la masa arbórea más longeva del territorio nacional, árboles singulares testigos de tiempos antiguos. La madera, la resina, las piñas… eran parte de los aprovechamientos de este bosque. Algunos hoy perduran. Según dicen algunas crónicas, fue descubierto en el siglo XIX pero en algunas zonas, a partir de la pradera del Tomillar se encuentran ejemplares de 500 años. Su aspecto es magnífico.

Pronto iniciamos el camino. La situación climatológica nos la han preparado especialmente buena. Enseguida encontramos la ruta, que está bien señalizada.


Seguimos subiendo hasta la hora del piscolabis...


...que decidimos sea en el punto donde debemos ascender hasta el mirador del bosque plateado.

Por el camino algunos ejemplares de pinos nos salen al encuentro.


Salva va como una moto, con cinco K menos según informa.


Al mirador llegamos sobre las 13h.


Disfrutamos un rato del lugar y sus vistas y, no sin algunos trabajosos movimientos, hacemos la foto de grupo junto a un ejemplar de pino plateado dispuesto estratégicamente al efecto.


A partir de aquí la bajada en busca de un lugar para la comida que sea más o menos a gusto de todo el personal.

Al fondo, la ermita del Altar Mayor
Lo encontramos muy próximo al Arroyo del Piecezuelo: una estupenda formación rocosa cercana a la tapia que delimita el recinto del Valle de los Caídos.


Durante la bajada Antonio observa:

"Puedo decir que nos encontramos con un compañero montañero, un tanto despistado, al que Juan Ignacio informó, orientó y hasta le dio su plano para que encontrara la ruta. A cambio de ello, nos informó que en el restaurante " La antigua terraza " de Guadarrama sirven un cocido en pucherete que es la gloria. Ellos iban a disfrutarlo al mediodia y nosotros nos hemos prometido hacerlo en la próxima ocasión. "

De momento nos conformamos con una comida muy animada, como siempre, pero sobre las piedras y a base de bocadillos. Esto tiene sus ventajas puesto que el nivel de nuestros proveedores de productos diversos es cada vez más alto. A los clásicos como las bolitas de Ignacio en el piscolabis, el Muriel de Aurelio, el chocolate de Rodrigo a los postres, se suman ahora los dulces aragoneses de Antonio, el chupito de Joaquín…En fin, un peligro. Pero qué le vamos a hacer, nos gusta.

Tras la comida reemprendemos la marcha “en busca del agua” y del final de la jornada. Poco después algo sucede, pero Rodrigo nos lo cuenta:

Y Braulio siguió su camino

Después de comer e iniciado el regreso, ya terminada la parte de la ruta denominada "Ruta del Bosque Plateado" nos quedaba la sección llamada "Ruta del Agua". Nuestro querido Braulio, que llevaba ausente de nuestras marchas un tiempo, pues se había ido a Ayamonte para estar consigo mismo, decidió abandonarnos y seguir su propio camino de vuelta. Más adelante, al llegar al cruce de caminos, el nuestro y el suyo, Braulio no estaba. Rafa y Rodrigo deshicieron el camino y me consta que Rafa hizo sonar la potente corneta, que previamente había pedido a Antonio, unas cuantas veces. Quede dicho que yo también hice sonar mi pito suizo con entusiasmo. Sin noticias de Braulio, volvimos al camino de vuelta, desasosegados --una sensación más frecuente de lo deseado en mí últimamente--. Una llamada de Aurelio nos acabó tranquilizando. Rafa y Rodrigo llegaron a los coches y allí nos encontramos con Braulio, tan pancho, tan campante, como si nada hubiera pasado.


La Cruz, al fondo. Ruta seguida por los buscadores de Braulio
En fin, los demás seguimos el Picazuelo “en busca del agua”



En realidad hacemos una parte de la ruta que se denomina así. Es un sendero circular por las inmediaciones del Embalse de La Jarosa que ayuda a conocer las singularidades, historias y leyendas de este enclave. La ruta está muy bien señalizada y con amplia información a través de un total de 6 hitos explicativos.

Pronto llegamos a la cola del embalse convenientemente cercada para que no se escapen las truchas según nos informa Ignacio, un gran observador que, además, apunta:

"Asombronos a los caminantes la profusión de normas que, alrededor del pantano y con gran sentido común, regulan eso tan complicado de pillar a un pez por los morros y pegarle un susto de muerte sacándole en volandas del agua. Pues bien, las normas eran ni más ni menos que estas:

- El martes prohibido pescar

- El miércoles toda la pesca sin muerte

- Los pescadores que tenga licencia para pesca con muerte no puede devolver al pez al agua

- .. y muchas otras por el estilo.

Los asombrados caminantes pensaron que quizás si se aplicara ese maravilloso sentido de la norma a nuestra descarriada juventud, se podrían adoptar normas similares para el sano ejercicio del fornicio:

- El martes prohibido fornicar

- El miércoles todo el fornicio sin introducción del bicho

- Los jóvenes que tenga licencia para fornicio con bicho, no pueden devolver la pieza viva a su entrepierna

Mejor nos iría si en estos temas hubiera el mismo orden que para el estimulante deporte de la pesca".

Esto se acaba. Dejamos la espléndida vista del Embalse a nuestra derecha y llegamos a los coches para regresar. Allí nos esperaba Braulio con una ligera sonrisa. Al tiempo Salva parece pensar algo. Tal vez “coño, no ha ido mal la cosa” o algo así.










1 comentario:

  1. Paco, espabílate que te están quitando el empleo de cronista. Excelente narración de José Luis.

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