sábado, 19 de diciembre de 2015

16 de diciembre de 2015, UN PASEO POR EL ATAZAR Y SUS ALMENARAS

"Reflejos"


Una orilla del Atazar vista por Ignacio

Hay veces en que, sin pretenderlo del todo, se da con la expresión justa que sirve para describir una situación. Primero Ignacio con las imágenes del embalse del Atazar y luego Joaquín con su propuesta de "reflejos" como título del reportaje, aciertan con lo que nos pasa. ¿Quién sino una inspiración afortunada hizo saber a nuestro fotógrafo residente que de lo que se trata ahora es de poner las cosas cabeza abajo? Un artista dice mucho de sí mismo a través de su obra pero, sobre todo, dirá mucho de la realidad real o ficticia que representa. Una fotografía de un camello podrá decir mucho del fotógrafo pero, sobre todo, dirá mucho del propio camello. Ignacio ha retratado el embalse del Atazar y no hace falta que diga mucho de sí mismo porque de sus más que excelentes cualidades artísticas y personales ya tenemos cumplida evidencia. Pero Ignacio ha dicho del embalse del Atazar, de los barquitos del primer término y las casas de detrás y el mundo que les rodea, que están cabeza abajo, y que lo derecho aparece borroso y tembloroso. Ignacio, por eso, es un artista, porque representa la realidad tal como es aunque algunos se empeñen en verla como siempre.

Joaquín, por su parte, ha titulado en consonancia muy acertadamente. Lo que vemos a través de las fotos de Ignacio son reflejos. Por lo menos, lo que nos llama la atención del reportaje de Ignacio son los reflejos, nunca esa realidad seca y pedregosa, mineral, de las orillas del embalse sediento. Necesitamos el espejo tembloroso del agua para recrearnos, engañándonos, como narcisos, en nuestra imagen. Siempre deberíamos tener a mano un espejo algo azogado al que no reprochar demasiado su falta de sinceridad. Describir bien la realidad es tarea siempre difícil. Por eso agradecemos el afortunado encuentro con algo que nos permite decir: esto es un fiel reflejo de la realidad. Como ejemplo, esto mismo que escribo. Así que como no sé, ni este es el lugar más adecuado para describir cierta parte de la compleja realidad en la que vivimos, voy y me encuentro con las fotografías de Ignacio y las utilizo para decir, copiando a Joaquín, que son un buen reflejo de la realidad. Con lo cual me muestro nítidamente como lo que soy: un oportunista que utiliza la inspiración de sus amigos a modo de lamento encubierto y portada de un estupendo día de excursión.

Una convocatoria trabajada y un paseo descansado


Como se trataba de la excursión que cierra el primer trimestre del curso mierconista, la opción abordemanteles no admitía réplica, pero todas las demás, ruta, longitud, nivel de dificultad, permanecían abiertas hasta que Gonzalo redujo el abanico y propuso paseos por las cercanías de El Berrueco, pueblo que debe su nombre a un hermoso pedrusco o tolmo que por allí hay. Descarto el significado alternativo de berrueco como grano ocular - "me ha salido un berrueco en el ojo" - por razones que saltan a la vista. Más tarde, aunque no sé muy bien porqué, el tiro se acabó centrando en un paseo por la orilla del embalse del Atazar, con punto de salida y llegada en el restaurante elegido para la celebración, previa inspección y visto bueno de José Luis A., quien demostró su buen ojo no aquejado de ningún berrueco.


10:58 La cuesta que se ve en la fotografía, nada más empezar el paseo, es la única de todo el recorrido, hacia abajo al salir y hacia arriba al volver. No sabemos la razón exacta pero, en casi todas las ocasiones en que paseamos, las cuestas que se bajan se tienen que subir después, o viceversa. Debe tener que ver con las leyes de la física. En atención a estas leyes y a un testarudo catarro, Salva no nos acompaña en el paseo y permanece en los alrededores del sitio donde hemos dejado los coches y en la buena compañía de un libro.



De la utilidad de esos modernos sustitutos del pincel y la brocha que se denominan "sprays" dan cuenta las dos formas de expresión recogidas en las fotografías superiores. En la primera se ha violentado lo que parece un veintisiete sobre una forma que recuerda vagamente una manzana al revés o una gallina o un voluminoso vientre con su ombligo y todo. Imprescindible. Lástima que estorben tanto la cercanía de un registro o arqueta con forma de olla y una indicación, cortesía del Canal de Isabel II, en desatinado azul celeste con el nombre del cercano restaurante. La segunda, en atrevidos tonos amarillo - anaranjados, es valiente y reivindicativa, como el prohibido prohibir y otras de los sesenta. Claro que el letrero está unido a su soporte por donde las letras. ¿Será que había que mirarlo por el otro lado y yo esté haciendo suposiciones equivocadas?


Prueba de que este grupo nuestro elige siempre los trazados más exigentes es lo que se muestra en la foto. Pudiendo caminar por la amplia calzada de la derecha, de firme liso y homogéneo, Ignacio ha preferido llevarnos por el estrecho, sinuoso, accidentado y comprometido sendero de la izquierda, poniendo en riesgo nuestra integridad física. ¡Para que luego digan!


No contento con eso, Ignacio también nos hace caminar como funambulistas por la coronación de las presas que retienen el agua del Atazar cuando no se sufre esta pertinaz sequía de la segunda transición. Ahí se pone a prueba el sentido del equilibrio y la resistencia al vértigo de esta buena gente que sale de paseo los miércoles.



La vista de costas, rompientes y playas ameniza el recorrido por la Senda Genaro, vieja conocida y ya buena amiga de este grupo. Las insinuaciones que se hicieron en la convocatoria acerca de la posibilidad de un baño no se toman en consideración, seguramente por el trabajo de descender hasta la orilla y la falta de trajes adecuados para el chapuzón.



12:23 Llegados a la Almenara de la Alameda, desde donde volveremos sobre nuestros pasos, se procede con entusiasmo al piscolabis o aperitivo, hoy imprescindible si se toma la primera acepción del diccionario de la RAE, "que sirve para abrir el apetito", no fuera a ser que el tan bien planeado almuerzo abordemanteles quedara deslucido y falto de la necesaria dedicación. Muy oportunos los bancos de piedra adosados a la fachada de la casa. Al tibio sol de este casi penúltimo día del otoño, el grupo representa con toda propiedad el papel del perfecto pensionista.



10:51 Queda la almenara del piscolabis allá detrás y, más cerca, la de la Tejera. Con paso decidido y desprecio de la altura a ambos lados, los caminantes tramitan esta parte del recorrido, más estrecho que un cable de acero, emulando la hazaña de Philippe Petit en lo que se conoce vulgarmente como el ejercicio de la cuerda floja. Y eso sin haber trasegado el tradicional Muriel, hoy ausente del aperitivo por aquello de la austeridad.


13:26 En esta hora y en este lugar, nos hemos atrevido a bajar casi hasta la playa. Ahí, a la vera de un viejo árbol, muerto de pie que es como hay que morirse, hacemos la foto del grupo. A la otra orilla, las casas de Cervera de Buitrago y el pequeño embarcadero empinado sobre largas patas que se apoyan en el fondo seco del embalse.




14:09 A punto de terminar el paseo y con el grupo "hecho peazos" que dirían más abajo de Despeñaperros, Ignacio y yo bajamos de nuevo hasta la orilla para hacer unas fotos como las de más arriba. De las de Ignacio ya hemos tenido, a la hora de publicarse esta croniquilla, cumplida muestra; espléndidas fotos que dicen más que las errabundas consideraciones de estas letras. Mientras, el grupo no solamente se trocea y descompone sino que, con alguna excepción, se extravía o descarría. Así, hecho el recuento de presencias y ausencias al llegar al punto de partida, hay que volver sobre los pasos y, a voces, por teléfono y hasta en coche, reunir y encolar los trozos dispersos por los alrededores a fin de que los asientos reservados en el restaurante se amorticen debidamente.





La comida, muy buena, y con el gran ambiente propio de las fechas que se avecinan. Salva se hace portavoz de lo que entiendo son algunos grupos políticos para desearnos de forma peculiar una feliz Navidad. Aurelio hace lo propio, más convencionalmente. Ambos demuestran así, cada uno a su modo, su espíritu navideño y sus cualidades de dibujante y cantor, respectivamente.

Aquí, la felicitación de Aurelio. Pinchen y esperen pacientemente a que se descargue el christmas.

A todos, muy de corazón, un feliz Año Nuevo.





lunes, 7 de diciembre de 2015

2 de diciembre de 2015, RUTA DEL BOSQUE PLATEADO Y DEL AGUA

Crónica debida a la pluma de José Luis H., con interesantes, cuanto menos, aportaciones de Antonio, Rodrigo e Ignacio.


Bajo este sugerente nombre se esconde la ruta convocada para hoy miércoles día 2 de diciembre por las cercanías de Guadarrama. Está catalogada como "apta para todos los públicos" por los expertos en estas cosas, incluso para aquellos mierconistas que estén un poco malitos.

La dedicamos a nuestro compañero Salva que, después de una temporada de ausencia, se reincorpora hoy en buena forma. La forma física quedará luego sobradamente demostrada. De la otra forma, que no es la física, aparecen pronto muestras en el viaje desde Madrid con su interesante relato sobre cuchillos de fabricación artesanal con finos materiales importados desde lugares exóticos.

Por recomendación de nuestro cronista, editor y fotógrafo oficial, hoy ligeramente indispuesto, esta crónica pretende ser una “crónica coral”, extraño término muy de moda que yo utilizo importado para señalar que el relato central irá aderezado de distintas opiniones, chascarrillos, anécdotas o lo que sea, aportadas por distintos mierconistas.

Las diferentes expediciones nos concentramos en el pueblo de Guadarrama a las 10 h. para tomar café y acudir juntos a punto de arranque situado en uno de los aparcamientos situados en las proximidades del Embalse de la Jarosa. Hoy somos un grupo numeroso, nada menos que diez mierconistas dispuestos a la faena.


Hay que decir que la ruta es todo un descubrimiento para el grupo en general y, desde luego para este asombrado organizador. Siempre hay cosas nuevas que se pueden explorar en este regalo de la naturaleza que disfrutamos a un “tiro de piedra” de nuestras casas.

También hoy podríamos decir que la jornada tiene dos partes claramente diferenciadas.

La primera, El Bosque Plateado: Pinos Laricios que al parecer constituyen la masa arbórea más longeva del territorio nacional, árboles singulares testigos de tiempos antiguos. La madera, la resina, las piñas… eran parte de los aprovechamientos de este bosque. Algunos hoy perduran. Según dicen algunas crónicas, fue descubierto en el siglo XIX pero en algunas zonas, a partir de la pradera del Tomillar se encuentran ejemplares de 500 años. Su aspecto es magnífico.

Pronto iniciamos el camino. La situación climatológica nos la han preparado especialmente buena. Enseguida encontramos la ruta, que está bien señalizada.


Seguimos subiendo hasta la hora del piscolabis...


...que decidimos sea en el punto donde debemos ascender hasta el mirador del bosque plateado.

Por el camino algunos ejemplares de pinos nos salen al encuentro.


Salva va como una moto, con cinco K menos según informa.


Al mirador llegamos sobre las 13h.


Disfrutamos un rato del lugar y sus vistas y, no sin algunos trabajosos movimientos, hacemos la foto de grupo junto a un ejemplar de pino plateado dispuesto estratégicamente al efecto.


A partir de aquí la bajada en busca de un lugar para la comida que sea más o menos a gusto de todo el personal.

Al fondo, la ermita del Altar Mayor
Lo encontramos muy próximo al Arroyo del Piecezuelo: una estupenda formación rocosa cercana a la tapia que delimita el recinto del Valle de los Caídos.


Durante la bajada Antonio observa:

"Puedo decir que nos encontramos con un compañero montañero, un tanto despistado, al que Juan Ignacio informó, orientó y hasta le dio su plano para que encontrara la ruta. A cambio de ello, nos informó que en el restaurante " La antigua terraza " de Guadarrama sirven un cocido en pucherete que es la gloria. Ellos iban a disfrutarlo al mediodia y nosotros nos hemos prometido hacerlo en la próxima ocasión. "

De momento nos conformamos con una comida muy animada, como siempre, pero sobre las piedras y a base de bocadillos. Esto tiene sus ventajas puesto que el nivel de nuestros proveedores de productos diversos es cada vez más alto. A los clásicos como las bolitas de Ignacio en el piscolabis, el Muriel de Aurelio, el chocolate de Rodrigo a los postres, se suman ahora los dulces aragoneses de Antonio, el chupito de Joaquín…En fin, un peligro. Pero qué le vamos a hacer, nos gusta.

Tras la comida reemprendemos la marcha “en busca del agua” y del final de la jornada. Poco después algo sucede, pero Rodrigo nos lo cuenta:

Y Braulio siguió su camino

Después de comer e iniciado el regreso, ya terminada la parte de la ruta denominada "Ruta del Bosque Plateado" nos quedaba la sección llamada "Ruta del Agua". Nuestro querido Braulio, que llevaba ausente de nuestras marchas un tiempo, pues se había ido a Ayamonte para estar consigo mismo, decidió abandonarnos y seguir su propio camino de vuelta. Más adelante, al llegar al cruce de caminos, el nuestro y el suyo, Braulio no estaba. Rafa y Rodrigo deshicieron el camino y me consta que Rafa hizo sonar la potente corneta, que previamente había pedido a Antonio, unas cuantas veces. Quede dicho que yo también hice sonar mi pito suizo con entusiasmo. Sin noticias de Braulio, volvimos al camino de vuelta, desasosegados --una sensación más frecuente de lo deseado en mí últimamente--. Una llamada de Aurelio nos acabó tranquilizando. Rafa y Rodrigo llegaron a los coches y allí nos encontramos con Braulio, tan pancho, tan campante, como si nada hubiera pasado.


La Cruz, al fondo. Ruta seguida por los buscadores de Braulio
En fin, los demás seguimos el Picazuelo “en busca del agua”



En realidad hacemos una parte de la ruta que se denomina así. Es un sendero circular por las inmediaciones del Embalse de La Jarosa que ayuda a conocer las singularidades, historias y leyendas de este enclave. La ruta está muy bien señalizada y con amplia información a través de un total de 6 hitos explicativos.

Pronto llegamos a la cola del embalse convenientemente cercada para que no se escapen las truchas según nos informa Ignacio, un gran observador que, además, apunta:

"Asombronos a los caminantes la profusión de normas que, alrededor del pantano y con gran sentido común, regulan eso tan complicado de pillar a un pez por los morros y pegarle un susto de muerte sacándole en volandas del agua. Pues bien, las normas eran ni más ni menos que estas:

- El martes prohibido pescar

- El miércoles toda la pesca sin muerte

- Los pescadores que tenga licencia para pesca con muerte no puede devolver al pez al agua

- .. y muchas otras por el estilo.

Los asombrados caminantes pensaron que quizás si se aplicara ese maravilloso sentido de la norma a nuestra descarriada juventud, se podrían adoptar normas similares para el sano ejercicio del fornicio:

- El martes prohibido fornicar

- El miércoles todo el fornicio sin introducción del bicho

- Los jóvenes que tenga licencia para fornicio con bicho, no pueden devolver la pieza viva a su entrepierna

Mejor nos iría si en estos temas hubiera el mismo orden que para el estimulante deporte de la pesca".

Esto se acaba. Dejamos la espléndida vista del Embalse a nuestra derecha y llegamos a los coches para regresar. Allí nos esperaba Braulio con una ligera sonrisa. Al tiempo Salva parece pensar algo. Tal vez “coño, no ha ido mal la cosa” o algo así.










jueves, 26 de noviembre de 2015

25 de noviembre de 2015, POR LOS CERROS DE SANTUIL


Crónica - embrión de una excursión que se decidió en la cafetería de la gasolinera de Venturada. La que estaba prevista anteriormente, en los aledaños de La Granja, se abandonó a causa de las inclemencias del tiempo: había nevado el fin de semana anterior y la nieve permanecía en el suelo, helada; además, la previsión meteorológica para el día aconsejaba buscar la vertiente sur de la sierra.

Gonzalo describe lacónicamente la ruta de la forma siguiente:

"Como pudieron comprobar los asistentes, fue como hacer dos excursiones distintas. Por una parte, un largo y agradable paseo otoñal, por bonitos bosques y una iluminación atractiva, con piscolabis y comida en el refugio en condiciones de comodidad por encima de lo habitual. Por otra, una marcha invernal al norte de refugio, con nieve y viento y sin visibilidad.

Salimos de 1.325 m. de altura y llegamos al entorno del Puerto con 1.750 m., con recorrido de unos 13 Km."

Y José Luis H. nos ayuda a perfilar algo más la escena, en estos términos, casi literales:

Desde los coches, en un punto de la Vereda del Molino, hasta el refugio de Santuil

Siguiendo primero el Arroyo de la Trocha, dejando a la derecha el Regajo de la Zorra y torciendo por último hacia el Barranco del Sapo, subida tranquila aunque con viento que, por momentos, resulta molesto y acentúa la sensación de frío. Bien es verdad que a no todos molesta: de haber sido así no hubiera sido calificado este primer tramo de la ruta como "agradable paseo otoñal".

Hacemos la parada del piscolabis en lo que parece un refugio, aunque en el plano figura como Casa forestal de Santuil. Naturalmente, está cerrado, pero el porche, aunque escaso, es confortable y está dotado de bancos que nos permiten recuperar fuerzas abrigados del viento. Debe ser verdad lo de casa forestal. De haber sido refugio debería haber estado abierto, mientras que las casas forestales, como todo el mundo sabe, pueden estar abiertas o cerradas y, más frecuentemente, cerradas. Releo el párrafo que acabo de escribir y me veo en la obligación de aclarar que para recuperar las fuerzas no nos comimos los bancos sino las almendras y otros frutos secos que portábamos desde casa. Lo de los bancos tiene que ver, sobre todo, con la comodidad del asiento, "por encima de lo habitual".

Desde Santuil hasta las cercanías del Puerto de Peña Quemada

Continuamos la ascensión por el PR 38 y, a medida que avanzamos, se observa que, o las nubes están cada vez más bajas o somos nosotros los estamos cada vez más altos. Incluso pueden ser las dos cosas a la vez. El caso es que el paisaje se hace un poco gris pero con una luz muy atractiva.

Comenzamos a pisar un poco de nieve y, cuando llegamos al punto previsto para el retorno, la capa es ya de unos pocos centímetros. Estamos en las proximidades de La Hondilla o Puerto de Peña Quemada y hay que tomar una decisión: ¿por dónde volver? Hasta tres posibles caminos, incluyendo el de subida, se nos ofrecen. Algunos se inquietan. Se ve que lo de las opciones múltiples no siempre cuenta con buena acogida, especialmente entre indecisos.

Enviamos exploradores mientras el resto matamos el tiempo viendo un curioso vídeo sobre "los Belenes de Carmena", que envía un corresponsal. ¡Qué cosas pasan!. (Aquí, el editor no puede por menos de interrogarse acerca de si las cosas que pasan y que provocan la admiración del redactor son las que se narran en el vídeo o el que alguna de la gente de este grupo sea capaz de practicar semejante pasatiempo). Ante las dudas se decide, de alguna manera, la solución más conservadora: regresar por el mismo camino de subida. El lector puede deducir que los exploradores exploraron pero no aclararon.



Las fotografías muestran el ambiente invernal del punto de retorno y la muy relajada y festiva actitud de los paseantes, seguramente después de haber visto el vídeo.

.. y desde allí hasta el refugio, a comer otra vez

La solución adoptada nos permite bajar tranquilos y relajados hasta llegar de nuevo a la casa forestal alrededor de las dos de la tarde. Una buena hora para comer al abrigo de nuestro conocido y cómodo porche... y en los bancos que permiten reponer fuerzas.

En ausencia del Muriel por ausencia de su proveedor habitual, al que deseamos una pronta incorporación, Antonio nos obsequia con unos tragos de vino en bota, que no desmerece y, sobre todo, que sabe a "gloria bendita" en este momento y circunstancias. No faltó el chocolate de Rodrigo y algún chupito para rematar. 

Desde el refugio a los coches y más

A partir de aquí -del refugio o casa forestal, del vino en bota y del chocolate- una apacible bajada hasta llegar a los coches y el remate con café y caldo caliente a discreción para recuperar el tono. (El editor queda con la curiosidad de saber donde se sirve ese caldito reconfortante)

El mapa de la ruta seguida, trazado a mano - dizque temblorosa - por Gonzalo, se ofrece a continuación.


Joaquín resume admirablemente y desde una perspectiva personal el éxito del paseo. "Poco que añadir a lo dicho. Pisamos nieve un rato y comprobamos como el viento influye mucho en la sensación térmica (como veis, nada nuevo); tanto que durante un ratito caminaba a la misma velocidad que Rafa. Estuvo "muy bien", a ratos no iba el último". No se puede expresar mejor.

Antonio ha proporcionado el material fotográfico. Muy oportuno y de calidad. Antonio, ¿quién puede atacar a tu utilísimo smartphone?

domingo, 15 de noviembre de 2015

11 de noviembre de 2015, EL CASTAÑAR DE EL TIEMBLO

10:45 Reunión concurrida alrededor de cafés en un mesón de El Tiemblo, en Ávila. Una mañana de aire limpio, luz dorada y ese verde, aún tímido, de las pasadas lluvias. De manera que he disfrutado el más bien largo trayecto por carretera hasta aquí, especialmente a partir de Brunete y sobre todo en la vecindad del Alberche.

Desde El Tiemblo hasta el aparcamiento del Castañar hay unos 8 km. de carretera asfaltada y pista de tierra, que no son nada para los tres todocamino disponibles en que nos agrupamos. Hoy nadie nos controla ni nos exige un pago; los fines de semana sí lo hacen.

11:35 "Libres de puntas", que es como se expresa en los cuadernos de bitácora el paso entre las balizas verde y roja que marcan la salida del puerto. Aquí pasamos entre los postes indicadores que, muy civilizadamente, marcan la salida del aparcamiento y el arranque de rutas y paseos en mar abierto. Pedro hoy al gobierno de la nave e Ignacio, como siempre, en su cargo de piloto y oficial de derrota.



A Ignacio se le ha averiado la máquina de fotos que hoy había traído para recrear los colores, las luces y las sombras del otoño en este bosque singular. No se me ocurre ofrecerle otro consuelo que ir salpicando esta crónica con algunas imágenes peladas y gratuitas, sin historia ni comentario, es decir, de lo que se simplemente se ve. Y es bastante.









11:52 Probablemente no había mayor motivo de preocupación, pero lo cierto es que el grupo se detiene a revisar mapas y asegurar que se está en la ruta correcta. Ningún camino está definitivamente trazado.



El tronco de la izquierda es el de un castaño cinco veces centenario, conocido como "el Abuelo" y muy visitado, reconocido e interpretado. Todavía vive en sus brotes. El de la derecha es un tronco seco, sin nombre, como muchos otros en este bosque. Yo dedico mi modesto homenaje a este anónimo resto vegetal.

12:00 Aparece al paso un refugio de muros de piedra y paredes interiores decoradas con mucho color, con motivos candorosos y alegres, como las ilustraciones de un cuento infantil o las pinturas murales de un románico sin arcano.





Un rincón del castañar, de luz tamizada y rocas eruditas cubiertas de musgo. Otro, con puente arqueado japonés. Un jardín "kare - sansui" (no sé donde he visto ese nombre), "montaña y agua", alfombra crujiente de hojas secas.



12:38 Cómodo piscolabis casi a borde manteles, con espacio acotado, mesas y bancos, cubos de basura para la cáscara del plátano, algún cartel informativo. Todo bien ordenado al mayor disfrute del paseante urbano, tan poco amigo del asiento en el suelo y del sobresalto del pinchazo de zarza.


12:54 Nadie nos lo dice pero da la impresión que hemos pasado del parque temático al campo, del jardín zen al "charco-ranas", del románico de ocasión al rústico y funcional encerradero de ganado. A ninguno de nosotros molesta el cambio o, como se podría decir, dos ambientes por el precio de uno.



Dos ambientes también el de las dos imágenes superiores: el de un extraordinariamente fotogénico tramo de la PR-AV 21, que así se indica en el pequeño poste junto con cabalísticos signos (doble círculo y triángulo en rojo y banderola blanca y amarilla); y el de un nutrido hato de vacas negras, blancas y rubias, en la segura compañía del vehículo del ganadero.



Este imponente castaño se merece un nombre propio.De no tenerlo, al menos una fotografía y un saludo como el de Gonzalo. Hubiera merecido, en cualquier caso, una prolongada mirada, como la que se dedica a una gran pintura en el museo o a una puesta de sol sobre el mar. Si en próximos paseos ven ustedes que me retraso, tengan por seguro que estaré allí donde un árbol como este o un humilde líquen hayan reclamado mi atenta y prolongada mirada. Y ya volveré.




13:24 De los 1250 a los 1400, hacia el portacho del Pozo, hay que trabajar el camino, que no todo va a ser vida contemplativa. Algunos, sin embargo, con alas en los pies, ya van tomando la delantera.



13:46 Una pequeña parada del grupo principal a la sombra de una roca con visera, antes de la gran planicie de hierba donde se encuentra el pozo de la nieve. Los de alas en los pies han puesto tierra de por medio y desaparecido de nuestra vista.


13:53 El pozo de la nieve ha encontrado alojamiento en una casa de factura rústica y muy adaptada al ambiente serrano. Se apean los macutos y nos disponemos a hacer la obligada visita. Unos paneles adosados a la fachada de la casa describen el pozo, su uso y mantenimiento. Ahorro aquí las explicaciones, pero siempre se pueden obtener en la red.


14:36 Para el almuerzo se ha elegido el asiento en unas rocas cercanas. Rafa, Aurelio y Rodrigo no han participado en la visita al pozo y aún no se han unido al resto del grupo. Hay intentos fallidos de comunicación telefónica y avisos acústicos con la trompetilla de Antonio. Resignados, decidimos abrir la botella de rioja y consumir su parte. Lamentablemente, aparecen antes de que hubiéramos logrado nuestro propósito. Aseguran haber alcanzado la cota 1584 de una altura denominada La Manga por un feo camino polvoriento. Nosotros les felicitamos efusivamente y les permitimos, en prueba de nuestro compañerismo, dar cuenta de su almuerzo sin prisas ni agobios.


15:21 La vuelta, por aquello de la variedad, sigue un trayecto distinto, al sur del arroyo de San Jurdón, de incógnito significado y parva corriente. De ese bello conjunto de rocas me hubiera gustado hacer objeto de parada contemplativa pero el grupo camina ahora compacto, agotado ya el cupo de disidencias del día.


15:51 Me hubiera acercado más para hacer la foto pero se habría roto el encanto de la escena: como en un cuadro, una mujer joven juega y ríe con su niño pequeño sobre el mullido lecho de hojas secas, ajenos al paso de los caminantes, acariciados por la luz de la tarde. Este bosque precioso se ha encontrado aquí con su sentido.





15:55 El puentecito arqueado acoge la foto de grupo, demostrando su solidez y una utilidad mayor que la de facilitar el paso del mermado arroyo.






16:20 Han quedado detrás muchas otras imágenes huérfanas de la cámara de Ignacio, alojadas quizá en la memoria, reservadas para la siguiente ocasión, quién sabe. Un último puente antes de llegar a los coches.


Algunos tienen intención de comprar en el pueblo las setas y las castañas que hoy se nos han negado en el paseo. Y es que no todo va a ser obsequio gratuito.