lunes, 16 de enero de 2023

11 de enero de 2023, LA BERZOSA

"Eléctrica" ruta según Ignacio, calificativo que vale también para esta crónica, que va a salir, según preveo, entre entrecortada y acalambrada. Convocados por José Luis y dispuestos a hacer del nuevo año un hito en la carrera de fondo de nuestros miércoles estamos donde se nos ha dicho que estemos los que siguen: Antonio, Aurelio, Gonzalo, Ignacio, José Luis, José María y los dos Pacos, el A. y el MC, servidor de ustedes.


Lo eléctrico, para que conste.

Nos reunimos a las 10 de la mañana, en un bar de Hoyo de Manzanares, después de unas vueltas para encontrar aparcamiento. En el bar hay churros, digo para que no se nos olvide la próxima vez antes de pedir un socorrido pero insípido cruasán. El desayuno se alarga un poco más que lo acostumbrado porque no nos vemos desde el año anterior a este. Luego, se vuelven a coger los coches para acercarnos al punto de inicio del paseo, una buena explanada - aparcamiento en el camino de La Berzosa.

El tiempo está fresco y, además, hemos traído nieblas desde donde venía cada uno y seguimos con ellas ahora, pasadas las 10 y media, que es cuando arrancamos a andar.

10:39 Se nos ha hecho un poco tarde y más que se nos hará si nos detenemos a averiguar prohibiciones y limitaciones en los letreros de símbolos.

El paseo comienza con una distracción. Se trata de llegar hasta un mirador sobre el cerro de El Mesto y ver qué es lo que se ve desde allí. No nos lleva el excurso casi ni un cuarto de hora, de manera que, aunque la niebla impida las vistas de la sierra que describe un panel informativo allí situado, no se ha perdido el tiempo; al contrario, sentimos haber alcanzado la primera aunque pírrica cumbre del año. Para celebrarlo, nos hacemos una foto bajo dosel.

10:54 Lástima que aún no sea hora de almorzar para aprovechar el cómodo comedor.

Pronto se empieza a tener constancia, entre brumas, de la calidad eléctrica de nuestro paseo. Cruzamos por debajo de los 400 Kv -¿o serán 220?- de una de las líneas, apenas sin verlos, ni a ellos ni a las torres que los sostienen.

11:30 Como hacia arriba no hay casi nada que ver, mejor mirar a los mapas... 

Al amparo de los kilovoltios seguimos obedientemente la ruta en los gps, y es que en estos tiempos ya no hay prácticamente ninguna posibilidad de perderse entre la niebla, lo cual -alguno todavía puede estar de acuerdo- le quita bastante interés a estos paseos nuestros. 

11:45 En el sendero hacia la cascada Covacho aún se puede ver hasta la siguiente curva.
12:04 Al piscolabis se nos apunta un cánido simpático e inquieto.

El camino se hace entretenido: a las conversaciones, que diría Manolo R., se añade la variedad de terrenos, con senderos donde es necesario fijarse para no tropezar y lanchas de roca donde hay que tantear con la suela de la bota para no resbalar. Pero nada hasta el momento es demasiado difícil ni florecen los aurelios por doquier. Hoy basta con ir dejándose llevar, que para eso están el líder y sus auxiliares.

Contrariamente a lo acostumbrado, este puente sirve para que pase el agua por encima.

Llegamos a la cascada del Covacho, con menos agua de la que esperábamos. Aún así, el pequeño salto siempre se las arregla para lucir formas elegantes que, si no tanto las del agua, sí las compone hoy con las rocas en las que se apoya.


Unos instantes en la vecindad de la cascada, sobre el arroyo de Peña Herrera, mirando y retratándose, y los Pacos recordando correrías de juventud por estos pagos.

13:00 Aunque lo parezca, nadie ha tenido que mojarse los pies para posar en esta foto del grupo casi completo. 

La meta se ha puesto en el cerro de la Lechuza, no sé muy bien por qué. Supongo que tanto da, puesto que cerros por estos alrededores hay para hartarse. Sigue el día más que gris y metido en nieblas. 

13:08 Pisando el suelo firme de unas extensas lanchas de roca a poco de dejar la cascada.

El inicio de la subida a La Lechuza permite albergar esperanzas de que allí no falte nadie. Un camino como los de hasta ahora, ni más ni menos pendiente, ni más ni menos abrupto. Seguramente habrá un arreón final que justifique lo de cerro. Pero no hay caso: alguno de nosotros no está en el mejor momento para andarse por los cerros y para qué prolongar un paseo que ya ha cubierto las expectativas razonables del primer día de curso. Así que nos damos la vuelta y emprendemos el regreso siguiendo el trazado de una de las dos cañerías de kilovoltios, la más al sur.

14:29 Puede que este arroyo sea el de Peregrinos 

Este recorrido de vuelta lo hacemos de un tirón, tal como los electrones sobre nuestras cabezas. Se cruza un arroyo y quizá alguno más, se disipa la niebla, sale el sol, se fragmentan las conversaciones, aparecen delante las casas de La Berzosa del ministro que fue, llegamos a los coches.

14:47 Bordeando las enormes lanchas de granito

Mejor, dicen un par de nosotros, tomar el almuerzo en casa y dejar que se asiente el cuerpo. Los demás aprovechamos la vecindad de una especie de parquecillo acotado, allí mismo, donde habíamos aparcado, para dar cuenta de los bocadillos.

15:48 Hemos acabado el almuerzo y hay un banco, pero preferimos hacer la tertulia delante de un café.
Allí mismo han instalado una especie de lápida funeraria para dar nombre al parque.

El café y la tertulia los hacemos de nuevo en Hoyo de Manzanares, en la vecindad de una cabina telefónica y literaria donde, por segunda vez en este rato, antes en piedra berroqueña y ahora en cartel redondo de color malva, nos encontramos con una proclama de respeto, que si lo dice Hoyo de Manzanares por algo será. 

16:22 Es la hora de despedirnos. Paco ha tomado un librito de entre los que se ofrecen.

Bien por José Luis y su paseo eléctrico como inauguración del año. Que los vientos nos sean favorables en esta singladura del 23.

11,2 km. y 353 m.