lunes, 26 de septiembre de 2022

21 de septiembre de 2022, QUIJORNA, HORNOS Y FRENTE

En el título propuesto por Ignacio para este paseo se lee "hornos" y "frente". Si se quiere precisar podría decirse "hornos de cal y frente de batalla", demasiado largo para título. Pero así está bien porque lo de horno se corresponde con la temperatura del centro del día de hoy (si prefieren ustedes, "sensación térmica") y lo de frente, al sudor, sin metáfora ni exageración, que abundantemente bañó la muy despejada del cronista y la de sus compañeros.


Hay un espacio muy amplio en Quijorna donde quedamos esta mañana para empezar nuestra caminata y donde podían dejarse los coches. Resulta que ese espacio se destina oficialmente a aparcamiento, excepto cuando se utiliza para montar una plaza de toros: en Google Mapas aparece como "Parking público / Recinto Plaza de Toros". En efecto, el gran solar tiene forma circular, de ruedo, con las dimensiones apropiadas. Investigo un poco en internet y concluyo que se trata de un vestigio del pasado, casi como los hornos de cal y los fortines de la guerra que luego veremos. Veo en una página de la web que, en este próximo mes de octubre, se llevará a cabo en Quijorna "una jornada dedicada a enseñar y potenciar la tauromaquia entre los más pequeños tras el rechazo por parte del Ayuntamiento de la localidad en apoyar esta causa, ni realizar ningún festejo taurino". En esas estamos y disculpen el excurso.

Alrededor de las 10 de la mañana ya estábamos por allí la mayoría de los del grupo, en el ruedo o en el bar próximo con el café preceptivo. Haciendo recuento me salen 7: Antonio, Braulio, Gonzalo, Ignacio, José María, José Luis, Rafa y el gacetillero servidor de ustedes. 

10:24 Traigo aquí a Braulio y a un pequeño olivo: a Braulio llevábamos tiempo sin verlo -bienvenido- y en ese momento estaba refiriéndose a los efectos en los olivos de este caluroso verano.  

Día despejado, aún con buena temperatura, ancha pista (Cañada Real Segoviana una vez más) para caminar, paisaje de campo inculto, o sea, no cultivado y no sé si cultivable. 

10:41 Gonzalo y Rafa dejando atrás las últimas casas de Quijorna.
11:03 Un antiguo hito retocado en la línea del Ecce Homo de Borja, motivo para hacer la foto del grupo.

A falta de agricultura, este campo se adorna con restos quasi - arqueológicos como los de unos hornos de cal o caleras. Los de este grupo de hoy prestamos cierta atención a tales "ingenios", que decía el de Nebrija, y hacemos fotografías.


En ese punto, un poco más allá de las caleras, surgen pequeñas dudas sobre el camino a seguir. Tres de nosotros, el cronista entre ellos, deciden ser fieles al trazado original y subir al Cerro del Castillejo -669 m.- pasando por una casamata de hormigón bien conservada mientras los demás continúan por el lecho seco del arroyo de la Fuente. 

11:52 Rafa y Braulio en el Cerro del Castillejo.
11:57 La subida al cerro es sencilla, no así la bajada, de fuerte pendiente y un suelo de tierra gruesa y muy suelta por el que es fácil resbalar.

Al pie del cerro, en su ladera norte, hay una galería con dos bocas, que Ignacio ha titulado en el mapa como "cuartel de mando". No dudo de Ignacio, pero a mí me parece más bien un lugar adecuado para poner al fresco, en medio de este secarral, las bebidas de todo un regimiento. Sea como fuere, hacemos una sucinta exploración del reducto antes de reunirnos con el resto de los paseantes un poco más abajo. 


Allí, a la sombra, se piscolabea y se vendan aparatosa pero eficazmente unos rasguños que Braulio se ha hecho en la bajada del Castillejo. El tal cuartel de mando no es la única cavidad que exploramos hoy. Otra, más profunda y más interesante es la que hemos titulado en el mapa de más abajo como "polvorín". Es una cueva profunda, en ligero descenso, recta, con galerías laterales, aseada, transitable, que seguramente se utilizó para guardar munición y explosivos durante la Guerra Civil. También aquí ha habido algunos del grupo que, para no sufrir de claustrofobia, se han quedado debajo de una encina charlando de sus cosas.

13:02 José María y Rafa se adentran el "el polvorín"

Mejores fotografías, las de Ignacio, que se pueden ver pinchando aquí, junto con otras de la excursión de hoy de cardos y ruinas y hornos de cal. El paseo sigue cuesta arriba hasta lo que aparece en el mapa como "aliviadero". El cronista respondón tampoco duda de que esa denominación describa la función cierta de una especie de canalillo a cuyo lado pasamos, pero mejor nos hubiera venido un alivio del sofoco que ya empezaba a hacer estragos en algunos: en este que lo es, el primero.

13:40 Gonzalo y Antonio en la subida hacia el aliviadero.

Como la ruta de hoy es circular, queda por recorrer, más o menos, lo mismo que llevamos andado hasta ahora. Aprieta el calor pero consuela suponer que ya todo es bajada, puesto que hasta aquí todo ha sido subida. Tiempo habrá para el desengaño, pero antes conviene hacer otro alto en el camino para el almuerzo. Aunque las sombras son escasas no falta alguna amable encina bajo la que refugiarse. 

14:41 Levantando manteles después de un almuerzo con buenos asientos.

Ahora, a la vuelta, hay menos distracciones. Una ruina que Ignacio fotografía con tintes dramáticos, de guerra pretérita; un chamizo refugio de cazadores donde imaginarse que despachan cerveza fría; una altura con restos de fortín o trinchera rotulada como "mirador y nido" para apreciar el extenso caserío de Quijorna a lo lejos; y poco más. En la subida a esa última tachuela, el cronista pide árnica para tomarse un breve descanso.

15:44 Hacia Quijorna

En las primeras casas de Quijorna, a un kilómetro más o menos del sitio donde se han quedado los coches, aparece Gonzalo con el suyo y alivia, ahora sí, el trecho final del cronista y acompañantes. 

En el mismo bar de la mañana, unas bebidas frías permiten suavizar un juicio apresurado sobre el paseo de hoy, que el secano de la llanura casi manchega es tan nuestro como la sierra, quizá más, y que las pizcas de historia son a veces tan sabrosas como los grandes bocados.

13 km. y 300 m. (sin contar con el cerro del Castillejo)





lunes, 19 de septiembre de 2022

14 de septiembre de 2022, LA CALZADA ROMANA DE EL ESCORIAL

Ignacio dice ¨la ruta de la vuelta al cole¨ y a este cronista le parece bien el título, por qué no, si estamos siempre aprendiendo y nunca aprendemos. Habíamos estado por aquí hace un par de años y nos quedó buen sabor de boca, así que, a sugerencia también de Ignacio, decidimos repetirla para inaugurar el curso 2022 - 2023. Había amenaza de lluvia -al 50%- pero hicimos bien en correr el riesgo porque no llovió y quedamos contentos: de vernos nuevamente, de haber salido indemnes del intento y de tener motivos para decir a los que se ausentaron que les echamos de menos y que esperamos verles pronto.


10:17 De izquierda a derecha, José Luis, Gonzalo, Marc. Antonio, Ignacio, Rafa, José María y el que sujetaba la cámara, que no se ve.

Ese sitio de la fotografía de los coches es la calle de Bailén, en El Escorial, donde se dejaron parte de ellos; otros dos se subieron a la Silla de Felipe II para acortar el paseo, en atención a las circunstancias de estreno de curso y a las posibles mermas de forma. A estas horas de la mañana, cielo nublado y ambiente ligeramente húmedo, sin calor. 

11:06 Nos ha gustado el nombre de la finca y ahí nos hacemos la segunda foto de grupo.

Al rato de echar a andar, vemos que la finca por cuya entrada pasamos tiene un nombre llamativo, de una cosa rica que algunos de nosotros ya se verían en dificultades para masticar (¨residuo de las pellas del cerdo, una vez derretida la manteca¨, dice la RAE). En honor a la vianda y a la finca posamos para el fotógrafo. Hasta aquí han sido tres cuartos de hora de paseo muy sin sentir, con un buen trecho en paralelo a las vías del tren y una preciosa vista furtiva del monasterio iluminado por un rayo de sol entre nubes muy oscuras.

11:16 En la calzada romana

Desde la entrada a El Chicharrón, y caminando por un buen camino que aparece en los mapas precisamente como colada del Camino del Chicharrón, (el del IGN también rotula, por chinchar a las normas de calidad, "Chincharrón") se llega pronto a los restos de la calzada romana o de sus muy sólidos cimientos. El cronista ha investigado un poco la historia de esta calzada y encuentra mucho dato preciso pero sospechosamente contradictorio, así que opta por dejar que cada cual de los lectores se haga su composición de lugar.

11:30 Seguimos por la colada del Camino del Chicharrón

11:57 Hoy no han faltado buenos asientos para el piscolabis

Cuando el piscolabis, cuatro gotas, o quizá tres, diminutas, como la única concesión en toda la mañana a la ominosa y errada predicción de días atrás. Alguno de nosotros saca de la mochila el impermeable, pero solamente para estrenarlo.

12:10 Un tramo de la calzada más relleno y más transitable

Hacia el final de la colada volvemos a pisar otros evidentes restos de calzada romana. En este trayecto no hay pérdida posible, y así está bien porque hay que dejar descansar a Ignacio un rato para que mire el paisaje en vez del gps.

Llegando a la Casa Vedado del Monte, según nombra el mapa, donde daremos la vuelta hacia El Escorial, un par de paseantes, veteranos como nosotros más o menos, nos preguntan si por allí llegarán a Zarzalejo. Esas veces en que se nos ve como expertos conocedores del terreno que pisamos gratifican mucho pero también envanecen, por eso el cronista adopta de vez en cuando el perfil de peregrino inocente y pregunta si por aquí iremos bien hacia Santiago de Compostela. Al cronista mal se le debe dar el teatro porque nunca le han tomado su pregunta en serio.

12:59 El severo jardín de una finca, con su fuente seca y la casa en la umbría
13:00 Y ya volviendo por Los Ermitaños

El trayecto de vuelta se hace por un amable camino que se llama de los Ermitaños, de tierra muy pisada aunque no sé si desde tiempos de Roma, en sombra más que al sol, con mucha hoja seca y recias paredes de piedra a uno u otro lado. Como tres cuartos de hora en total hasta la silla de don Felipe, casi nada. Allí, al cronista le da por fijarse en los colores que ha dejado en la maleza este verano de calor inclemente, como de otoño pero más ocres, más pardos...


Y después de bajar en coche a recoger el resto de ellos en la calle de Bailén, nos vamos a la Horizontal al bordemanteles. Alguno de los navegadores se hace un lío y hay que recorrer más calles de las necesarias.


14:30 más o menos. Conversaciones simétricas.

Para los interesados en la parte gastronómica se debe decir que la comida estuvo bien -lugar, calidad, cantidad, servicio - y que prolongamos ligeramente la sobremesa para acabar de hacer la reseña del verano y disfrutar de la luz uniforme y fresca de un cielo cubierto.

Han sido 8 km. y pico y. menos de 200 m. de desnivel, suficientes.