lunes, 26 de octubre de 2015

21 de octubre de 2015, RISCO DE EMBURRIADEROS

10 a.m. puntualmente. Reunión en Las Postas, a la entrada del pueblo de Navacerrada, alrededor de los cafés y de Aurelio, solo ligeramente radiactivo y preñado de buenas noticias.

10:30 Se comienza a andar desde la zona de aparcamiento, en la carretera que sube al puerto, la M-601, a la derecha, en un ensanche; indisciplinadamente, unos por delante y otros por detrás; animadamente: se han traído las conversaciones que siempre solicita Manolo R. en sus convocatorias. Día bueno, solamente fresco, más bien nublado a esta hora. Algunos se abrigan en exceso, me da por pensar. Hay que traspasar una puerta, que es como la de los corrales sanfermineros pero al revés.

10:48 De lo que antes decía acerca del grupo tienen ustedes aquí la prueba gráfica: tres grupillos, tres conversaciones. Ancha pista, pendiente suave, viento en calma, temperatura ideal para andar. Antonio no sé si ha visto o barruntado setas, pero ya ha puesto en bandolera la bolsa de tela blanca que, a falta de la cesta reglamentaria, es lo más ecológico y ortodoxo.




10:53 El cielo ya más despejado y el horizonte, brumoso. Llama mucho la atención del grupo la silueta de las torres del capital y de la capital, tan moñoñas, emergiendo por encima del suelo proletario de la ciudad.






10:55 Y dos minutos más tarde de la aparición de las torres, y seguramente afectados por el descubrimiento, decidimos hacernos el retrato del grupo del día de hoy. Como la calidad de la foto no es mala, pueden ustedes ampliar y observar despacio rostros y detalles.






11:16 Mirador con información en paneles, en un recodo del camino. Los hay estudiosos y los hay que prefieren interpretar sin ayuda lo que ven. El fotógrafo se ha subido a unas peñas para ganar perspectiva del paisaje y de sus compañeros.





11:17 Así que el fotógrafo se ha dado media vuelta y retrata el embalse y el pueblo de Navacerrada, enmarcados por pinos y siguiendo la invitación de Ignacio, tan oportuno siempre en sugerir encuadres y motivos.





11:17 también. Paco A. tampoco quiere perderse la vista y sube a las peñas que hacen de mirador elevado. Y es que lo vertiginoso es un elemento imprescindible en un paseo de montaña; aunque sea solo un poquito.


Aurelio, Paco A. y su doble, y José Luis H., en la explanada del mirador

















11:30 La intuición de Antonio no ha fallado y un níscalo premium size pasa a formar parte de su cosecha del día.  El pobre, me refiero al níscalo, acaba la excursión   en trozos sueltos, confirmando así la superioridad del cestillo de mimbre sobre la bolsa de tela. Luego le acompañarán en el saco algunas galampernas y dos tres setas de cardo que estoy seguro formarán parte de un apetitoso plato. En esta primera hora del paseo, y como se puede  comprobar, no hemos abandonado ni la buena pista ni las buenas costumbres. 


11:30 En las cercanías del lugar donde se levantó el Real Sanatorio de Navacerrada. Hoy algunos se refieren a este sitio como Walpurgis por haberse rodado aquí, en las ruinas del hospital, a comienzos de los 70, una peli de vampiros. El espacio es despejado, ancho y plano, pero las brujas han intervenido y en la foto adjunta no se ve así. También puede que me esté equivocando de lugar, pero no por mucho.



11:47 Mirador de las Canchas. Paco A. y Joaquín, con toda seguridad, estudian la ruta que seguiremos para ascender a la Maliciosa desde la Barranca en una de nuestras próximas salidas. O, si no, ¿qué otra cosa pueden estar haciendo?

El grupo se informa. La Maliciosa y el Peñotillo en segundo plano.


12:05 La Tubería en el camino proporciona tema para la conversación, alrededor de su pasada utilidad; el material, metálico y ¿gres? con que se fabricaron distintos tramos; la forma en que la temperatura afectaba a su rendimiento y otras importantes cuestiones. A la derecha, muy abajo, oculta por el bosque, el valle de la Barranca.

12:17 Hora del piscolabis. Si se fijan, Ignacio sostiene en su mano un catavinos (tastevin, afectadamente), no se sabe si de plata como mandan los cánones, para degustar el nuevo albariño incorporado por Aurelio a esta labor semanal de andar por los montes. José L. H. y algún otro lo aprueban como buen vino blanco; quizá no tanto como el tal viño da terra; todos lo disfrutamos. A esto se llama nivel y a lo que se ve en segundo plano, niebla rampante.

12:45 El camino con tubería, ya sin tubería y sin bosque que lo ampare, se prolonga hacia Dos Castillas y la Bola del Mundo; hacia la Garganta del Infierno, nombre que me suena excesivo y de un patetismo un tanto falso, que bien es sabido que a esta sierra no le cuadran los dramatismos ni otras sandeces y exageraciones porque es bajita, doméstica y de buen carácter la mayor parte del tiempo. 

13:01 Llegamos a la fuente de la Caña, de nombre rotulado sin gracia (tal parece que con rotulador gordo, impropio de estos parajes), a probar sus aguas y tomarnos un respiro. De aquí a las cumbres recientemente mencionadas hay algo así como un respiro, digo, como un suspiro, pero hoy nuestro objetivo es otro y dejamos el rumbo norte para dirigirnos, cuesta arriba, primero hacia el oeste y luego, de vuelta al sur, hacia la cuerda de las Cabrillas.


13:02 He dicho cuerda de las Cabrillas pero podría decir, más propiamente, Risco de los Emburriaderos, que es como se llaman las peñas con las que comienza esa cresta por el norte. Piadosamente se nos ocultan entre la niebla, para evitar el vértigo, que diría Ignacio, y el posible susto preventivo. 

13:14 Al acabar el repechón y antes del cresteo de las Cabrillas, dos o tres del grupo se apartan como si hubieran decidido seguir hacia la tenebrosa ladera norte. Tardamos en descubrir que el tercero, sentado en unas peñas, no es de los nuestros sino un bravo caminante solitario que, al cabo del rato, desaparece entre las nubes. De esos encuentros en el monte antiguamente surgían sabrosas historias. Hoy es todo mucho más prosaico.

13:30 Se podría decir "en plenos emburriaderos", pero después de la aclaración de Jose L. H. sobre el significado del término (empujar, impulsar), me aguanto las ganas y digo "en plena cresta", que queda igual de bien. Ahora no sé si se trata de ir separados porque sí o porque cada cual tramita las piedras con diferente estilo y velocidad. Creo que más bien esto último e Ignacio, como todo líder que se precie, a la cabeza de la mesnada.



13:45 - 14:11 Durante esa media hora muy escasa se hacen algunos equilibrios entre las peñas de los Emburriaderos. De ahí, de esos mal contados veintitantos minutos, le viene a esta divertida, variada y saludable ruta de hoy el apelativo deshonroso que alguno le dedicó y que Ignacio refiere como título en su habitual resumen. Lo pasamos por alto y lo atribuimos a los efectos del quasi-albariño de Aurelio, seguramente trasegado en exceso por el tan desconsiderado provocador. Por lo demás, ningún suceso digno de mención: ni esguinces, ni torceduras, ni duelos, quebrantos o salpicones.



14:16 La huella de las cabriolas quedó impresa solamente en las caras y por poco tiempo. Si quieren que les diga la verdad, en esos gestos, de los que este cronista fue más que instigador, se demuestran las claras dotes de comediante de más de uno.

14:32 Se levanta el telón de la niebla y aparecen en escena nuevamente las cumbres de la Maliciosa y el Peñotillo. Se desanda el camino de la tubería, animosamente, y con prisas por encontrar un buen sitio al sol y al resguardo del ligero vientecillo para tramitar el almuerzo. Puedo asegurar que las histriónicas expresiones han desaparecido y que cada cual vuelve a mostrarse como es.

15:22 En un alarde de talante festivo y desprendido, Aurelio se deja caer con otro buen caldo. Ahora se trata de nuestro bien conocido reserva, transportado por Ignacio en su macuto. No falta el chocolate de Rodrigo, como tampoco faltaron a la hora del piscolabis las bolitas de queso de Ignacio. Y digo yo que habría que tomar el relevo de estos pioneros benefactores y adornar los almuerzos con nuevos y distintos caprichos.

Las Cabrillas han decidido tímidamente embozarse mientras almorzamos




16:28 En volandas hacemos el camino de vuelta, disfrutando de la templada tarde, del ambiente otoñal, de la observación y captura ocasional de las setas que salpican el suelo del bosque, de las vistas, como esta de los Siete Picos, de las conversaciones y de los silencios y quizá del recuerdo del muriel.



16:34 El camino se nos ha alfombrado de verde, que es el equivalente natural del alfombrado rojo con el que se rinden honores sociales. Agradecemos el agasajo y recorremos este último tramo con paso más solemne.

16:38, que es la hora en la que hemos concluido nuestro paseo de hoy. Para conservar la simetría, acabamos como empezamos, en Las Postas, alrededor de bebidas frías y cafés. Detalle menor, pero recuerdo unas tapas de tortilla de patatas que tuvieron un sorprendente éxito dada la hora. Y es que esto del andar por el campo, y más si hay "emburriaderos", aumenta mucho el apetito.