miércoles, 27 de marzo de 2013

20 de marzo de 2013, BAJO MANZANARES

Querido Rodrigo,

Próximo ya tu regreso, la primavera, a dos días de su entrada oficial, decidió festejarlo por anticipado con un día magnífico de sol y nubes ornamentales, caudalosas corrientes de agua y campos floridos. Habíamos optado no tanto por una excursión sino por una arriesgada incursión en las tierras del denostado bajo Manzanares, allí donde el pobre río carga sobre sí el peso de los vertidos teóricamente controlados de la ciudad de Madrid. El caso fue que la meteorología y la naturaleza derramaron pródigamente sus dones sobre el grupo permitiéndonos disfrutar de una espléndida, aunque corta, mañana campestre en las cercanías de Rivas-Vaciamadrid, municipio de nombre sospechoso y depurativo.

La fugaz vista de unas carreras de conejitos nada más abandonar los coches en las cercanías de la Escuela Nacional de Protección Civil nos hizo emprender el paseo con el ánimo más risueño, pero siempre hay una china en el plato de lentejas o un grano de pimienta en la crema de aguacate. La china, es un decir, fue la inesperada y temprana aparición de una empleada del Ayuntamiento de Rivas, que interpuso ante nuestro decidido impulso mierconista su rotundo 4x4 oficial, flanqueado por otro vehículo particular de similares características, mientras declaraba que nos adentrábamos en un "parque regional" protegido y, al mismo tiempo, en terrenos de una finca privada vedados al paso, y apelaba a nuestra conciencia ciudadana y a otros conceptos igualmente trascendentes para que retrocediéramos sobre nuestros pasos. Adornaba su discurso con triviales manifestaciones del tipo "el campo no es de todos", "si todos hiciéramos lo mismo" o "yo estoy aquí solamente para informar". Tras un rato, demasiado largo para mi gusto, de protestas civilizadas pero firmes por parte de la práctica totalidad del grupo, apoyadas en las solventes informaciones que nos habían descrito esta ruta, nuestra interlocutora optó por hacer recaer el peso de la decisión sobre los hombros, a estas alturas un tanto encogidos, de su amigo el conductor del otro coche, que se presentó, si no como el propietario de la finca, sí como si lo fuere a los efectos del contencioso. El hombre, que en un aparte y entre dientes se declaró harto de los enormes beneficios derivados de tanta protección oficial y tanto parque regional, hizo ver que no le importaría nuestro paso "por esta vez" y siempre y cuando no destruyéramos la finca, cosa que, evidentemente, no formaba parte de nuestros planes. De manera que, contentos de habernos topado tan pronto y tan gratuitamente con un tema de conversación, seguimos la ruta prevista procurando mirar lo más posible hacia el suelo para no dañar la finca, el paisaje y las aves canoras y otras especies protegidas. En descargo de nuestras conciencias, aporto plano de Medioambiente, Parques y Jardines de Rivas, en el que se dibuja milimétricamente la ruta que estábamos a punto de iniciar.



El camino discurre al lado del elevado cantil, rodeándolo por el norte y aproximándose cada vez más a la orilla del Manzanares, hoy de aguas más bien ocres como corresponde pero abundantes y rumorosas. El cortado está plagado de cuevas y oquedades en los que imaginamos buscan refugio y anidan las numerosas especies protegidas del Parque Regional del Sureste. En los numerosos folletos que describen los encantos de la zona, su fauna y su flora, se dan los nombres de algunas de tales especies, aunque probablemente omitirán la mención de las más amenazadas, tal como hizo la diligente empleada del ayuntamiento cuando le preguntamos qué especies presentes eran las más cercanas al peligro de extinción y nos respondió "como comprenderán no se lo voy a decir". Supusimos que esas especies, además de amenazadas y probablemente por eso, son muy prudentes y prefieren el anonimato.Ciertamente vimos pajaritos y murciélagos que se alimentaban al vuelo de incautos insectos, además de obtener alguna furtiva visión de alguna rapaz, pero nada más que atrajera nuestra atención particularmente, lo que me hace pensar que este grupo necesita  un baño de inmersión en ciencias naturales para redondear su vasta formación en tantos otros aspectos. 

Los altos cortados se adornan de vez en cuando con formaciones geológicas altas y enhiestas que recuerdan a los mallos tan frecuentes en la geografía del Ebro y tan propicios para la escalada. Pero ni el Manzanares es el Ebro, ni los mierconistas se encuentran hoy especialmente inclinados a los deportes de riesgo, así que los dejamos atrás pacíficamente no sin antes utilizarlos como fondo para una foto de grupo.

Desde hace rato la ruta transcurre por un trazado señalizado con las banderas blancas y rojas de los GR o senderos de gran recorrido. Parece se trata de la prolongación del GR 124, o Senda Real, hacia el sur por el Parque Lineal del Manzanares, donde se unirían, en un mismo recorrido, la Senda Real de los Trastámara y Habsburgo con el sueño ilustrado de los Borbones de crear una vía fluvial desde Madrid hasta Lisboa. ¡De qué cosas se entera uno! Y para que los demás también se enteren , sigue la oportuna explicación.

En el siglo XVII se previó la canalización de los ríos Tajo y Manzanares para hacerlos navegables. Se nombró una Junta para su estudio y, al poco tiempo, la Junta, revisando las enormes dificultades técnicas e ingentes recursos financieros necesarios, dio la contestación rechazando la obra con el siguiente argumento: "Si Dios hubiese deseado que ambos ríos fuesen navegables, con sólo un fíat lo hubiese realizado, y sería atentatorio a los derechos de la Providencia mejorar lo que ella, por motivos inescrutables, había querido que quedase imperfecto". A pesar de este concluyente argumento, en el siglo XVIII se emprendió una colosal obra de ingeniería, que por sus enormes exigencias, nunca fue acabada, la cual tenía como objetivo comunicar las aguas del cercano río Guadarrama con las del Manzanares y el Tajo, hasta llegar al Guadalquivir y al océano Atlántico, mediante un canal navegable de casi 800 kilómetros, con la Presa de El Gasco (Torrelodones) como punto de origen



Pues lo que parece es que los grandes recorridos - e incluso los pequeños - se arman un buen lío en cuanto se aproximan a las ciudades, tratando de salvar las autopistas y sus raquetas, los pasos elevados y el amontonamiento de regulaciones varias, con lo cual este GR resulta ser de poco fiar. Pero la bandera bicolor queda bonita pintada sobre una piedra. ¡Viva la abstracción!

Más allá y sin abandonar el camino pasamos por una explotación agrícola - ganadera que se denomina Casa de los Conejos, momento en que Antonio dice que ya podían tener sus mandamases un poco más de sentido estético y no dejar todo tirado por en medio o amontonado desordenadamente en cobertizos improvisados. Tiene razón aunque me haya jorobado un poco su comparación elogiosa con las cosas del campo en Francia, tan arregladitas y "coquettes" que parece no están sino para adornar el medioambiente. Por cierto, que el medioambiente es frágil lo demuestra un gran obstáculo en el camino en forma de bloques de piedra amontonados que obligan al grupo a recordar que también existen los senderos escabrosos, como oportunamente se indica en la cabecera de nuestro blog. Se trata de los restos del derrumbe, hace una docena de años más o menos, de uno de esos airosos pináculos que nos vigilan. La maniobra para salvar el escollo ofrece, por primera vez en el día de hoy, vistas en escorzo de los mierconistas mucho más fotogénicas que las que se dan en el camino llano y carretero. 


Un poco más y aparece la unión de Manzanares y Jarama, medio oculto éste por la arboleda. ¿Cuál de los dos es el vencedor del encuentro? ¿Hay un vencedor o se trata de un esfuerzo cooperativo? La respuesta es, lamentablemente, que siempre se acaba por manifestar una jerarquía y que el superior también siempre acaba por exigir al inferior una exacción o tributo. De tal manera, resulta que el Manzanares es tributario del Jarama, a pesar de los méritos de aquél como sufrido albañal de la Villa y Corte. Así que el río que se enmarca en las ventanas gemelas con arcos peraltados del torreón o garita aneja a la Presa del Rey es el Jarama y no hay más que hablar. Por cierto que a Ignacio -¡lo que son las fantasías de la nostalgia!- esas aberturas le traen el recuerdo de las nobilísimas de Santa María del Naranco. Se trata de una evidente exageración pero yo y mis añoranzas se lo agradecemos. 

Cortesía de www.elcoleccionistadeinstantes.com
Llegados a la Presa del Rey, que alimenta el azud desde donde se abastece la Real Acequia del Jarama, comprobamos que no podemos cumplir con nuestro propósito de cruzarla para asomarnos a las lagunas del otro lado, restos de antiguas graveras. Así que decidimos quedarnos allí para el piscolabis, sentándonos algunos con los pies colgando sobre la extensa corriente de agua, como raqueros en el puerto de Santander. Otra ocasión para la nostalgia, de manera que no resisto la tentación de copiar una foto del monumento que se ha dedicado en el muelle del Paseo de Pereda a esos chavalucos que conocí en mi infancia y que me acompañaron frecuentemente en mis tardes de pesca desde el muelle.

Desde el piscolabis emprendemos el camino de vuelta, que no nos resistimos a hacer transcurrir por los altos de La Marañosa o de Casa Eulogio, vaya usted a saber, a pesar de las advertencias contrarias de nuestra amiga del Ayuntamiento. Avalaba nuestra decisión la opinión de un par de expediciones ciclistas que encontramos en nuestro paseo y que ya habían transitado por aquellos parajes en diversas ocasiones y sin mayores inconvenientes. La decisión fue oportuna porque nos permitió cambiar completamente de entorno y de estilo de marcha. Tomamos un senderito oculto  y ascendente, de esos que organizan al grupo obligatoriamente en fila india y, tras salvar un desnivel de unas decenas de metros, nos adentramos en un precioso bosque repoblado de pino carrasco atravesado por amplias y cuidadas pistas de tierra. En el descenso hacia la vertiente oeste buscamos un lugar con asientos para el almuerzo hasta dar con un hermoso tronco caído, al lado de los surcos muy evidentes de trincheras de la Guerra Civil. Son éstos lugares para la memoria de la batalla del Jarama, de la que aún quedan, como siembra estéril y objeto de colección, numerosos casquillos de proyectiles.


La última parte de la excursión, como corresponde a esta primeras horas de la tarde, tan propicias para la pereza, es un dejarse deslizar hacia los terrenos aluviales de la vega del Manzanares, con sembrados de rutilantes verdes y almendros de blancas y candorosas flores. Solamente la inquietud producida por la cercanía de una larga fila de colmenas y por la posibilidad de nuevo encuentro con la diligente funcionaria del Ayuntamiento de Rivas disminuyeron mínimamente el enorme placer del paseo hasta los coches, bajo el templado sol declinante y la fragante brisa todavía no contaminada, a estas alturas del año, por el pestilente tufo de las aguas residuales que se vierten en el castizo río.


No hay mucho más que decir, creo yo, salvo que la próxima semana hacemos vacación de paseo y que se prevén abundantes lluvias para la Semana Santa, de manera que tendremos la oportunidad de ofrecerte a tu vuelta los verdes más intensos, los campos más floridos y las alergias -¡tan modernas y frecuentes!- más agresivas con la mucosa nasal. Deberían dar fe de lo expuesto por este cronista, matices aparte, los siguientes mierconistas, asistentes a la excursión: Antonio, Braulio, Gonzalo, Ignacio, Joaquín, Pedro y Rafa. 

Un fuerte abrazo.

Números: 12,5 km., 238 m. de desnivel acumulado ( ¡parece mentira! ) y 5 horas de excursión incluyendo paradas voluntarias y paradas "nolens volens" de causa municipal y un poco espesa.






3 comentarios:

  1. Como aportación a tan detalladísima crónica del maestro Paco, añado la receta de la "Tarta al yogur con manzana" que fué muy celebrada por todos los mierconistas que la probaron.
    Ingredientes:
    - una tarrina de yogur (natural o de limon)
    Utilizando como medida la tarrina:
    - dos tarrinas de harina
    - una tarrina de azucar
    - 1/2 tarrina de aceite
    - un sobre de levadura Royal
    - una manzana (Golden, Fuji o Reineta). Yo usé Golden

    Proceso: Calentar el horno a 180º
    Mezclar en batidora todos los ingredientes (menos la manzana, claro)
    Dejar reposar en frigorifico 1 hora.
    Untar un molde ( redondo, paralelepiopedo o corona ) con mantequilla y espolvorear con harina, para facilitar el despegue una vez cocida la tarta.
    Verter en el moldce la masa e introducir en su interior la manzana cortada en finas láminas.
    Hornear ( aproximadamente 20 - 30 minutos )
    Comprobar que el bizcocho se ha hecho pinchando con un cuchillo. Debe salir limpio, ligeramente húmedo pero sin pasta pegada.

    Truco: Para que no se queme la costra, una vez que ha tomado el bonito color moreno, si hay que seguir horneando porque el bizcocho todavía no se ha hecho, tapar la parte superior con una hoja de papel de estaño o mejor papel de horno.

    Otro truco: Yo le añadí a la masa un poco de canela en polvo. Eso va en gustos.

    La próxima vez que lo haga o si lo haceis alguno de vosotros, avisad a Paco que ha prometido llevar un termo con café.

    Antonio

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    1. Antonio, ¡qué grave omisión la de tu "tarta al yogur con manzana!. Son los estragos de la edad en mi cabecita y eso que fui de los que lo degustaron con más fruición.
      Anoto que el delicioso bizcocho formó parte del "piscolabis" y que yo lo comí en la posición mencionada en el texto, es decir, con las piernas colgando sobre el Jarama. Confirmo que, efectivamente, llevaré termo con café siempre que haya "cosas que mojar". Y termino diciendo que voy a utilizar siempre mi bloc de notas para no incurrir en tan lamentables olvidos. Como está permanentemente alojado en mi mochila, recordarme, por favor, que haga uso de él.

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    2. Leo el comentario del Hermano Antonio y no puedo dar crédito a mis ojos. Bueno, tampoco es tan raro: no creo que ningún Banco me diera ni un solo euro a crédito dejando como garantía una mirada mía. Volvamos a la excursión del Bajo Manazanares y zonas aledañas: ¿a qué os dedicásteis realmente? ¿Antonio compró vuestras voluntades con una tarta de yogur con manzana? ¿Seguro que la dichosa tarta no había sido sazonada con drogas o bebedizos de los que hacen tambalear los más firmes propósitos? ¿Y si el próximi miércoles alguien lleva café, copa y puro?
      He reconocer, mal que me pese, que me arranco mis poco abundantes cabellos "a puñaos" lamentando que mi esguince de tobillo me haya privado de tales placeres culinarios. Por cierto: ya estoy bien del esguince aunque una hermesas anginas de esas que dan fuebre, escalofríos, serias dificultades para tragar y deseos de abandonar este mundo cruel se han cebado con este triste anciano calvo, obeso y solitario...
      Gracias a una ingesta masiva de antibióticos y anisete Marie Brizard ya estoy mucho mejor. Si la excursión del próximo miércoles es suave, espero acompañaros. Claro que... Hay quien dice que no hay dos sin tres.
      Abrazos de este Anónimo llamado Salva.

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