viernes, 1 de febrero de 2013

30 de enero de 2013. COLGADIZOS (casi)

Querido Rodrigo,

Ya sabes que esta salida no tuvo lugar el día en que se había previsto, es decir, el 23 de este mes. El frío, las nevadas, y el agua en un caso particular, dejaron a los mierconistas en casa excepto a los tres más arrojados, que pasearon hasta un sifón, no me preguntes de qué tipo. Pues bien, la excursión a Colgadizos, monte de extraña denominación por tratarse de una redonda, extensa y pelada cima, ha tenido lugar el miércoles 30. Se daba así satisfacción a José Luis H., muy interesado en conocer la acebeda de Robregordo. Lástima que, al final, José Luis no pudiera venir por tener que someterse a manipulaciones médicas de menor cuantía. El caso es que el grupo estuvo muy nutrido: nueve nada menos. A saber, (y esta vez utilizaré el orden alfabético porque ya vamos siendo mayores y el que se pica ajos come) Braulio, Gonzalo, Ignacio, Joaquín, José Luis A., Pedro, Rafa, Salva y el que suscribe que, por buena educación de las de antes, se pone en último lugar aunque, por el orden antedicho, no le correspondiera.

Un día precioso
La agrupación de vehículos se realizó en Cotos y de allí se partió pasadas las 10 y media de la mañana. No la mala intención, sino la mala cabeza propia de la sexalescencia, hizo que, en el café habitual, celebrado en la gasolinera de la rotonda de entrada, algunos de los asistentes fueran obviados u olvidados. Y es que hay que afinar, que ya hay bastante de zafiedad y descortesía en derredor. Ya en el "área recreativa" de Robregordo se nos unió José Luis A., dando ejemplo de buen ánimo y mejor disposición. Añado que Pedro arrastra dolencia de tendón en un pie y que tampoco le hizo ascos a la convocatoria. 

Pero ya está bien de sentidos prolegómenos. El día estaba precioso, con buena temperatura y una mezcla de sol y nubes muy apropiada para caminar felices y para hacer fotos. Ya recordarás: primero unas suaves pendientes por caminos bien trazados, en los que todavía estaba presente la nieve de los pasados días; luego, ya en el bosque, el sendero, mejor, el cortafuegos por el que subimos, se hace más pindio como dicen en tu tierra asturiana y en la cántabra. La nieve abundante entorpece un tantico la subida. Rafa y Pedro encabezan la marcha a buen ritmo. Hablando de encabezar, debe dejarse constancia de que el tratamiento que Rafa sigue para la corrección de leves padecimientos en la superficie de su noble cabeza, le está provocando la aparición de una suave pelusa blanca muy apropiada a su elegante condición: él no se lo cree. Hacia las 12,30 se hace la parada del piscolabis, que desde hace ya algún tiempo debería llamarse, más descriptivamente, la parada del plátano con almendras.

El Arranque
Estos paseos, en los que no abundan las distracciones arquitectónicas, son muy propicios para las conversaciones en terreno llano y para la meditación silenciosa en terreno escarpado. De las meditaciones sólo podría darte cuenta de las mías que, por insustanciales, omito. De las conversaciones, que siempre son ingeniosas y enriquecedoras, destaco las que se mantuvieron sobre la preparación de la excursión de Alicante, con detalles trascendentes sobre la calidad de las paellas, el reparto de vehículos y las horas de salida y de regreso.

Caminos nevados
Un saludo al del trópico
"Cumbre" de la Cancha


Cerca ya de la divisoria entre Segovia y Madrid, José Luis A. decide esperar nuestra vuelta de las cumbres. Algo debió atraer allí su atención. Su plácida sonrisa y respirar pausado no permitían suponer otra cosa. Menos que nada, que estuviera cansado. El grupo se reúne en la cima (?) de la peña Cancha, un llano similar al terreno de juego del Nou Camp excepto por los pedruscos que lo salpican y la ausencia de Messi. Mientras Rafa trata inútilmente de obtener compañía para "coronar" Colgadizos, hermano gemelo idéntico de la Cancha solo que un poco más alto, el resto del grupo departe animadamente y hace votos por la prosperidad del Presidente de Panamá. Joaquín, por su parte, profiere veladas amenazas contra el organizador de la excursión por motivos que aún no se me hacen patentes.

¿Pingüinos o pitufos?
Una vez reunidos con José Luis, seguimos bajando hasta encontrar una pila de troncos que sirven de asiento en el que disfrutar cómodamente del frugal condumio. Hoy he decidido honrar la memoria de Antonio, ausente, abriendo una lata de sardinillas para hacerme un bocata. El aseo necesario de la operación requiere del contenido completo de un paquete de pañuelos de papel. Al final de la comida he tratado, querido Rodrigo, de dedicarte un cariñoso recuerdo del grupo en forma de saludo grabado en vídeo, pero mi impericia en el manejo de esa función en la cámara me lo ha impedido, otra vez será. Sí puedo adelantarte que la vocación de los mierconistas hacia las artes escénicas es escasamente descriptible.

El toque de color
El descenso es siempre menos fatigoso que la subida, pero puede estar lleno de emociones. Un escalón más pronunciado en el nevado cortafuegos provoca en el grupo una combinación de audaces contorsiones y pasos lentamente oscilantes. Ignacio declara: 
Enigmáticas expresiones .
"¡parece un grupo de pingüinos! ¡grábalo!" Salvado el imponente obstáculo, el resto de la bajada es un camino de rosas. Un bosque nevado primeramente y la travesía de un acebal desprovisto de sus bonitos frutos rojos -algunos todavía dan una nota de color en el suelo a las hojas caídas- después, rematan esta bonita excursión.
Los pies de Pedro

Junto a los coches, se cambian las botas, mojadas en su mayoría excepto las que hoy ha estrenado Ignacio, por un calzado más cómodo. Pedro ha sustituido -o complementado- el dolor de su tendón de Aquiles por el de una torcedura de tobillo y es que algunos son fieles a sus hábitos lo que aumenta la admiración que les es debida. En las despedidas, se invita a Salva a que organice el próximo evento. Joaquín musita sonriente algo referente a que su venganza hará época, mientras Braulio le escucha perplejo.

Ni que decir tiene que te hemos echado mucho de menos.

Un abrazo.

7 comentarios:

  1. ¡Lo bordas chaval!. Es un relato ameno y plagado de anécdotas de la vida real, como los buenos escritores. Muchas gracias por el trabajo y la iniciativa.
    Ignacio

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    1. Gracias a tí, Ignacio, por tus elogiosos comentarios, que animan a seguir en la grata tarea. Ahora soy yo el que solicita de los amables lectores que introduzcan en sus comentarios las necesarias precisiones, matizaciones, detalles que ellos han visto y a mí se me han pasado desapercibidos, útiles consejos, chascarrillos y pillerías diversas: al final, la crónica rosa es lo que más llama la atención.

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  2. ¡ Ya sabía yo que a Colgadizos no llegabais ! Tendremos que ir los Joseluises y yo a "rematar", aunque con lo florida, completa y agradable descripción que has hecho de la excursión casi es como haberla vivido.
    Os indico que la sillita plegable que en ocasiones de terrenos nevados viene muy bien, yo la adquirí en TIGER, creo que por 3€. Casi no pesa y te evita sentarte en troncos nevados.
    Te deseo que te recuperes, Pedro.

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    1. Efectivamente. La razón del desistimiento fue concederos la oportunidad de hacer cumbre y plantar allí vuestros reales. Es norma de este grupo dejar siempre un espacio para no agotar las posibilidades de los ausentes. Otrosí es que hay pantalones provistos de culera impermeable que permiten sentarse en cualquier lado y que pesan menos aún que la silla plegadiza. En cualquier caso, gracias por el consejo.

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  3. Querido Paco:
    Me parece estar ahí, con vosotros, andando. Muchas gracias por tus relatos. De verdad que no debéis hacer votos por el Presidente de Panamá. El tipo, con nombre de zapatos, sabe cuidarse de sí mismo, de su familia y de sus amigos muy bien. Es un poco sinvergüenzón y, a veces, mal encarado.
    Un fuerte abrazo,
    Rodrigo

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    1. Querido Rodrigo: estos mierconistas que lo somos hacemos votos por casi cualquier espécimen humano que se nos venga a la cabeza, incluidos los pertenecientes a la clase política, como prueba de nuestra buena voluntad y confiando en que enderecen lo que deban enderezar. Si no fuera así, aviados andaríamos. Fuerte, fuerte abrazo.

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  4. Querido Salva:
    Aunque quizás se lo merezca no seas tan duro con Joaquín. El es un buen chico y tu un tipo generoso y adorable. Perdónale.
    ¡¡Muchas gracias por la narración!!
    Abrazos y besos,
    Rodrigo

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