miércoles, 5 de junio de 2019

4 de junio de 2019, ARROYO DE LA NAVAZUELA o CASA ERASO

(De la mano de José Luis H., al que este cronista, que va dejando de ser el habitual, le queda muy agradecido.)


Crónica de la ruta titulada Arroyo de la Navazuela que ya hizo este grupo el mismo día del año 2013 y que fue planificada por el que suscribe cuando la previsión meteorológica vaticinaba un tiempo caluroso. 

Transcurre por lugares frescos, arbolados… Ha sido un magnífico día, frío, ¡pero frío!. Muy cerca, en lugares recientemente transitados por este grupo, ha caído una bonita capa de nieve. Ignacio encabeza su envío como La histórica ruta de ayer…

Ciertamente histórica, porque pocas rutas han sido ennoblecidas por el paso de hombres y mujeres tan ilustres:
  • Vespasiano
  • Enrique III
  • Felipe II
  • Felipe IV
  • Carlos V
  • Isabel de Valois
  • Felipe V
... y cinco mierconistas (cinco y solo cinco) capitaneados por el gran Rafa.

Pero en realidad, con el apelativo de histórica no se refería a eso. Dicen los que saben y escriben, que en esta misma fecha (5 de junio) hace ya 6 años, acaeció en esta ruta un extraordinario suceso del que aún hablan los lugareños. Bajaban los mierconistas por el camino viejo de Segovia, hallándose cerca del aparcamiento donde habían dejado sus carruajes, cuando en un recodo del camino se les aparecieron dos espíritus envueltos en un halo luminoso: eran las ánimas de Maese Manolo y su partenaire Maese Joaquín. Desde entonces y cada seis años se conmemora en el lugar tan extraordinario suceso.  

Así empezó la cosa. El punto de encuentro fue, como siempre que vamos por estos lares, la cafetería de la estación de Cercedilla. Es para pensarlo; el café de este sirio es francamente mejorable. Por lo demás bien. La agradable sorpresa fue la presencia de Rafa que mantuvo sus dudas hasta última hora. Después, durante la marcha, se portó como siempre, un campeón en plena forma.

Intentamos estacionar los coches en el tradicional aparcamiento de Majavilán, pero para nuestra sorpresa, estaba completo. Poco más arriba, al borde de la carretera, había sitio de sobra. Hoy empezamos a caminar muy pronto. Además de Rafa, en esta ocasión lo hacemos: Rodrigo, Ignacio, Aurelio, Antonio y el que suscribe. A poco más de las 10:30 ya estábamos en ruta subiendo por la pista en dirección al Puente del Descalzo. Por esta zona hay un interesante “nudo” de arroyos que con sus cantarinas aunque escasas aguas, nos alegran el paseo.



Un giro a la derecha y enseguida nos vemos obligados a dar otro a la izquierda. Así es la vida. Ahora encontramos las indicaciones que aseguran que nos dirigimos certeramente a la Ducha de los Alemanes, ese lugar casi mítico situado en la Umbría de la Navazuela y, naturalmente, en el cauce del arroyo del mismo nombre. Una Navazuela pudiera ser una pequeña Nava, digo yo. Pues bien en la actualidad este paraje tiene poco que ver con lo que pudo ser en otro tiempo, Ahora está colmado de árboles, helechos, y todo tipo de vegetación autóctona o no. Bellísimo.

Hacemos un alto en la Ducha para observarla, y tomar las consabidas fotos del grupo de mierconistas. Al poco, se nos acercan un grupo de tres jóvenes, desorientados, preguntándonos por la Ducha de los Alemanes… Están haciendo un ejercicio de orientación y, debido a la presión del tiempo, se han pasado de largo. Sonrisas.



A partir de aquí también nosotros sufrimos un rato de desorientación. Nos alejamos ligeramente a la derecha del Arroyo de La Navazuela, lo que supuso subir la ladera monte a través un desnivel de algo más de cien metros hasta casi alcanzar el GR 10. Un tramo de aventura, de gran belleza paisajística y finalmente muy satisfactoria porque, a eso de medio día, encontramos un magnífico sitio para hacer la parada obligada y reponer fuerzas.



Nada más reanudar la marcha encontramos el GR 10 o carretera de la República y, rápidamente, el Puente de Hierro de la Navazuela. Ahora un buen tramo de GR hasta el Puerto deteniéndonos ligeramente en el Mirador de la Calva. Debo reconocer que el Puerto de la Fuenfría (1796) tiene para mí un atractivo especial. Además de atravesar la Sierra de Guadarrama entre Madrid y Segovia, es cruzado por la calzada romana de la Fuenfría y la Carretera de la República. Pero lo más importante, Paco: ¡por allí sí se va a Santiago de Compostela! En fin, una belleza.



Bueno, pues así la cosa, nos ponemos de nuevo a caminar hacia el destino final, Casa Eraso (Casares) (1711). Lo hacemos por el Collado Minguete sin ningún tipo de preocupación. Todo cuesta abajo, lo que suscita algún que otro comentario malévolo. En este grupo no gusta “perder altura” bajo ningún concepto. En el trayecto atravesamos por los restos de lo que fue La Majada Minguete que, como aclara el cartel informativo, se trata de un encerradero que sirvió para dar cobijo al ganado trashumante.



A eso de la hora de comer (14h.) llegamos a Casa Eraso, que no es precisamente un restaurante, pero que nos va a servir al efecto. Se trata de unas ruinas de lo que en otros tiempos fue casa de descanso de Reyes y compañía, en sus viajes entre Valladolid y Madrid y viceversa. Parece que, según la leyenda, en otros momentos, fue un imaginario convento (El Pabellón de Casarás). La información es abundante a través de varios carteles.



Las vistas sobre el valle del Río Valsaín y el macizo de Peñalara son magníficas, aunque la temperatura hoy no está para andarse con contemplaciones. Decidimos comer en el interior de las ruinas, donde además han crecido un buen número de magníficos pinos. No resulta una buena elección, hace frío y hacemos una comida rápida a la sombra mientras vemos como en el exterior de las ruinas luce, a ratos, el sol. Rodrigo nos obsequia hoy con un chupito, adicional al chocolate, que nos conforta sobremanera.



De regreso subimos, en ligera pendiente, para pasar de nuevo por el Puerto de la Fuenfría. Desde allí, una rápida bajada bosque a través. Pasamos, como hace seis años por el trozo de calzada romana que se conserva razonablemente bien. Allí han instalado un panel de granito con cartel incorporado donde se informa al respecto de la Calzada Romana de la Fuenfría, que unía Segovia con Meaccum (quizás Madrid).



El camino es ahora agradable, la temperatura también. La jornada toca a su fin. Los seis mierconistas hemos caminado 13, 2 km y 556 m de desnivel acumulado, todo ello en 6 horas de reloj, con paradas incluidas. Y lo pasamos bien, que era de lo que se trataba.

Abrazos,

José Luis Hermida




3 comentarios:

  1. El recorrido tiene unos paisajes preciosísimos.
    Me paré en la encrucijada donde un día nos encontramos las cuasi ánimas de Manolo y Joaquín. Sentí una especie de escalofrío... y no por el frío.

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  2. Es de justicia puntualizar que gran parte de las fotografías son de Antonio.

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  3. Bellísima ruta que cubrió dos objetivos fundamentales: el disfrute para nuestros sufridos espíritus y la acumulación de aurelios porque ya se está acercando el fin de curso y andamos flojos en los exámenes trimestrales.

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