domingo, 10 de abril de 2016

6 de abril de 2016, PICO BAÑADEROS

Querido Rodrigo,

Así dicho, Pico Bañaderos puede sonar a cumbre de la Patagonia. Tienes claro que no lo es. Seguimos muy fieles al recorrido de nuestros alrededores aunque ya hay propuestas para acercarnos a la linde de Aragón e incluso al Pirineo. Tiempo habrá y tú que lo veas. De momento nos contentamos con la linde de Guadalajara y este Pico Bañaderos que es una montañita enteriza y un tanto enjuta, entre el puerto del Cardoso y el de la Hiruela, allá por el norte agreste y muy despoblado de nuestra provincia.

Enjuta y magra también esta crónica, que ya es tiempo de corregirse y deben bastar unos apuntes para que te hagas idea cabal de nuestras andanzas. Enjuta y magra y un poco deshilvanada, pero hay una adenda final con movimiento y sonidos que dice algo más del "mood" de este día que las palabras y datos que faltan.

A la excursión de hoy nos apuntamos Antonio, Braulio, Gonzalo, Ignacio, José Luis H., Joaquín, Rafa, Salva y este cronista. Salimos de la gasolinera de Cotos y hasta las 11 y cuarto de la mañana no estuvimos listos para empezar a andar, que hay mucha carretera con curvas hasta el puerto del Cardoso.



Ya ves el día con que nos encontramos: cielo azul, muy buena temperatura, quizá algo sobrado de viento. En el camino, muy cómodo y suave en esta primera parte, el rastro de las lluvias de los pasados días.



Nos asomamos al primer mirador que se nos pone a tiro. Delante de nosotros, los 1.927 m. del Santuy, más pico y quizá más patagónico que el Bañaderos, y puede que meta de algún miércoles de éstos. Detrás, muy nevado, el que suponemos es el Macizo del Pico del Lobo.



Hoy se trata de vistas y horizontes, ventajas de recorrer estas sierras por sus alturas.



Esta foto de grupo ha tenido su pizca de preparación y guasa como luego verás.



Una vez alcanzado el puerto de la Hiruela, piscolabis ya tramitado hace rato, volvemos nuestros pasos hacia el norte y hacia el Bañaderos de marras con la pendiente más pronunciada del día. Cerca de la cumbre, los restos no sé si de cabañas de pastores o de refugio de combatientes.




El almuerzo, en la cumbre del Bañaderos, con vistas más que panorámicas. Lo de andar por las alturas está bien; permanecer y anclarse en ellas es arriesgado como revela el esqueleto de árbol. El aire sutil, las temperaturas extremas, los vientos duros, la soledad, la arrogancia que viene del mirar las cosas desde arriba y desde lejos, acaban por secar y consumir la sustancia y el meollo. Así tantos.



Desde el pico hacia el punto de partida hay que seguir cresteando hasta la cumbre menor del Picayuelas y luego descender atravesando un bosque de pinos en el que el camino se pierde. El grupo sigue disciplinada y prudentemente las indicaciones de Ignacio, pero un punto de vanidad lleva a este cronista a atajar hasta los coches siguiendo su personal criterio. Antonio hace sonar su fraternal trompetilla. Hay un laguito azul y un hato de reses blancas allá abajo, preciosa tentación para porfiar en seguir viendo las cosas desde las alturas.

Llegados a este punto, dudo de que te hayas enterado adecuadamente de lo que fue este paseo, así que te dejo aquí un complemento animado.

También nos separamos al volver en los coches, esta vez por simple despiste, de manera que el café de despedida de la jornada no lo pudimos celebrar sentados y al sol en uno de los pueblos que hay por el camino, sino de pie y bajo techo en el mismo lugar que el de esta mañana. Otra vez será.



3 comentarios:

  1. ¡Como presta veros desde la camita 6 horas detrás de vosotros aquí en West Palm Beach! ¡Que bien lucia la Florida desde la I95! ¡Ganas de veros, compañeros!


    ResponderEliminar
  2. Paco, gracias por eliminarme en la lista de asistentes de esta excursión. Después de la metedura de pata de confundir la carretera de Prádena con la de Horcajuelo prefiero el anonimato y que los 100 millones de chinos no se enteren. ¡Qué vergüenza!

    ResponderEliminar
  3. Ignacio, perdón, perdón! ¿En qué estaría yo pensando? Tu minúscula confusión con las carreteras no merece que los millones de chinos se queden sin saber de tu siempre imprescindible presencia en nuestras escapadas. Rectificado. No me lo tengas en cuenta.

    ResponderEliminar