domingo, 16 de marzo de 2014

12 de marzo de 2104, CHORRERA DE ROVELLANOS

José Luis H. firma esta espléndida crónica, título incluso, con el complemento de las no menos espléndidas fotografías de Ignacio y alguna del propio autor

Chorrera de Rovellanos, 12 de marzo de 2014, San Inocencio

Hoy solo seis esforzados Mierconistas acudimos a la convocatoria, esta vez de Gonzalo. A última hora sabemos de la baja de nuestro bloguero y fotógrafo oficial. El relato del día lo hará este modesto cronista. Sin embargo contamos con el maestro fotógrafo Ignacio que hoy ha decidido ejercer de tal. Una suerte, aunque echaremos de menos al bloguero Paco, tanto como a los otros ausentes.

Tras la consabida reunión inicial en la ya famosa gasolinera de Venturada nos trasladamos al pueblo de Canencia, primer aparcamiento. Allí dejamos dos coches ya que la ruta de hoy no es circular. Se trata, según los términos de la convocatoria, de una ruta lineal “de bajada tras una ligera subida inicial”, para contento de algunos.

El término municipal de Canencia se localiza en la zona norte de la provincia de Madrid, en la cuenca del río Lozoya, ocupando un pequeño valle orientado al norte, entre dos estribaciones de la Sierra de Guadarrama: Mata de los Ladrones y Peña Gorda. Por dicho valle discurre el arroyo de Canencia, afluente del Lozoya. De nuevo en la zona de Canencia, de gran belleza como estamos comprobando últimamente.

Hasta su incorporación a la provincia de Madrid, en 1813, Canencia era un lugar de realengo adscrito a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, cuyo régimen la mantenía eximida de la mayoría de las servidumbres feudales. Como todos los pueblos del Valle del Lozoya, su desarrollo histórico estuvo muy vinculado a la Cartuja de El Paular. ¡Hay que ver lo que se perdió Segovia!

Este "haiga" será noticia hoy
... por un magnífico cortafuego
Desde el pueblo nos dirigimos al aparcamiento 2 en un magnífico pinar situado muy cerca del Puerto de Canencia donde iniciaremos la marcha. 

La mañana transcurre por el PR 28 subiendo entre pinos y algún que otro arroyuelo cantarín, por la zona del “Hueco de los Cortados”, camino de Cabeza de la Braña (1771m.). El último tramo por un magnífico cortafuego. Al coronar hacemos un pequeño alto en el camino para el consabido piscolabis en el pinar.
... el consabido piscolabis

Por momentos, ligeras pero molestas rachas de viento. Muy cerca, una pequeña instalación en la que cada poco tiempo entran en funcionamiento dos pequeños artefactos que algunos profanos identificamos como anemómetros, pero que los técnicos en la materia corrigen. Son pequeños generadores de energía. En la cumbre, la foto de familia del día.

... en la cumbre
Continuamos camino, ahora ya de la prometida bajada, bordeando la Peña de las Grajas y enseguida el Arroyo de Matallana. 

... camino de la prometida bajada
A partir de aquí, con magníficas panorámicas hasta donde la vista alcanza, la naturaleza, agua, mucha agua. Me refiero a los innumerables regatos y arroyuelos que surgen de todas partes y que van buscando su destino y que el artista capta oportunamente.



... regatos y arroyuelos

El Mondalindo al fondo
... el artista capta oportunamente

Por el camino, todavía algún resto de la hermosa nieve.

... restos de la hermosa nieve
De pronto llegamos a la Chorrera de Rovellanos. La ruta de hoy es magnífica, bosque, agua, cumbres nevadas al fondo… En este punto se me ocurre una pequeña licencia en homenaje al numeroso grupo de Mierconistas asturianos, unos de origen y alguno de adopción. Una cita de Gaspar Melchor de Jovellanos en su viaje a Asturias en 1792 tras una larga ausencia:

¿Pudo usted observar sin admiración en su viaje sus frondosos bosques, sus valles amenísimos, sus montes levantados hasta las nubes, sus ríos, ya precipitados de lo alto de las cumbres por extrañas y vistosas cascadas, o ya brotando de repente al pie de la falda?

La chorrera de Rovellanos

La Chorrera. Cada uno se dispone a disfrutar de la vista desde distintos puntos, pero he aquí que Antonio nos llama la atención. Ha descubierto el mejor mirador, desde ahora llamado “el mirador de Antonio”

El "mirador de Antonio"
Algunos preferimos disfrutarlo después de la comida. El hambre aprieta y el mirador sigue en su sitio. Después lo comprobamos, magnífica vista de la Chorrera.

... la bajada
La bajada se hace un tanto desordenada, el camino no está claro y descendemos, disfrutando de la panorámica, por la empinada ladera de Las Hiruelas, entre el Arroyo de Matallana y la linde con el término de Miraflores de la Sierra, bajo la atenta guía de Gonzalo que además, cuando la ocasión lo requiere, ejerce de ingeniero zapador.

Al fondo, lo que parece ser un antiguo molino y un paso sobre el Arroyo. Más allá, de nuevo Canencia.




Al llegar al Arroyo parada de diez minutos solicitada por el maestro fotógrafo. Tiene que hacer su trabajo. Tema: "Aguas de Canencia". (Ver Álbum Picasa).

Joaquín y las aguas del Canencia
Llegamos al final en el aparcamiento 2, donde iniciamos la ruta por la mañana. Cito textualmente el recordatorio: “Por si se olvidara el narrador de comentarlo en el blog, Joaquín ha descubierto que su Mercedes tiene piel inteligente que no se abolla sino que se adapta a las circunstancias y al cabo de un rato recupera su forma primitiva. No explicaré más y el que quiera más información que se lo pregunte directamente”

Hoy hemos caminado 3,15 h. y 10,3 km. El desnivel acumulado fue de 389 m.



Mierconistas asistentes: Ignacio, Joaquín, Pedro, Gonzalo, Antonio, y el que suscribe.

La próxima semana, no sabemos dónde, pero seguro que será “otro cantar” y algunos otros cantores.

3 comentarios:

  1. Jose Luis, tu descripción ilustrada me ha encantado. Tiene la dosis precisa entre brevedad, narración y texto culto que te hace merecedor del ascenso al Parnaso de los mierconistas y de poder disfrutar de las musas y las rehabilitadoras de Rodrigo. Mil gracias.

    ResponderEliminar
  2. Estupenda crónica, magnífica narración. La he disfrutado de tal manera que uno casi queda compensado por no haber podido acompañaros. Muchas gracias a José Luis y a Juan ignacio. Creo que esta excursión hay que reprogramarla. ¡Quisiera, algún día, gozar de la perspectiva desde el "Mirador Antonio"!

    ResponderEliminar
  3. Me siento anonadado y reconocido por el gran honor que me haceis, por otro lado totalmente merecido, tras tanta subida y bajada.
    Rodrigo, te invito a mi mirador en cuanto vuelvas.

    ResponderEliminar