viernes, 13 de mayo de 2016

11 de mayo de 2016, BARRANCO DE LA HOZ

Antonio ha redactado esta crónica. Él mismo, Rafa e Ignacio, han elaborado el material gráfico. Gracias mil a todos ellos.


La del alba sería, porque hubo que madrugar, y mucho, para estar a las 9:30 de la mañana en La Venta de Almadrones, Km. 103 de la Autovia A2, en la provincia de Guadalajara. Y la razón fue, que este insigne establecimiento debido al genio emprendedor de D. Antonio Rebollo, fue elegido por el líder de esta bonita excursión, el no menos insigne mierconista D. Juan Ignacio Fernandez, como punto de reunión del grupo.

A última hora se produjeron bajas notables: Gonzalo tuvo un ataque dental muy doloroso y Paco MC decidió acompañar a la familia de nuestro querido Salva en los momentos dolorosos del fallecimiento de su hermano Santi. Desde aquí nos unimos a tu dolor amigo Salva. A tu regreso de Vietnam podremos darte el fuerte abrazo que desde esta crónica te enviamos.

Bueno, Rafa y yo no tuvimos dificultad para estar a la hora convenida en el lugar de cita, pero no fue así con los miembros del grupo majariego, en esta ocasión muy numeroso, que no pudieron llegar hasta las 10:30 como consecuencia de un accidente ocurrido en la R2 y que les retuvo casi una hora. Pero al final, Rodrigo, Pedro, Braulio, Joaquin y el líder aparecieron sanos y salvos en la Venta de Almadrones.

De esta guisa y repartidos en dos coches llegamos al Santuario de La Virgen de la Hoz.



El Santuario es de reducidas dimensiones, yo más bien le llamaría ermita, pero tiene sabor. Está en una curva, metido en el Barranco de la Hoz, y al lado del río Gallo que discurre con aguas tranquilas por el fondo del barranco. Vegetación de ribera en las orillas, pero en seguida las laderas se cubren con pinos rodonderos o resinosos y las altas torres de sedimentos del terciario le rodean un tanto amenazadoras e igualmente bellas.



El dia fresco, dejando pasar al sol entre nubes y el paraje muy tranquilo. ¿Qué más podíamos pedir? Bueno, un elevador para subir a los bordes del barranco no habría venido mal, pero en su lugar dispusimos de una magnífica senda escalonada y con barandilla de cable de acero. Por ella nos fuimos elevando sobre el valle y desde distintos puntos y miradores pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares (Aquí sugiero La Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak. Sugerencia que sigo, con algunos matices que me han parecido oportunos: pinchar aquí) Total, que escalón tras escalón y tramo a tramo nos llegó la hora de Jose Luis, es decir, la del piscolabis, que despachamos con satisfacción desde uno de los miradores.




Un poco más adelante penetramos en la Cueva del Via Crucis, pero no temáis: no hubo flagelación, sino una amplia y hermosa cueva que, como un gran ventanal, se asoma una vez más sobre el barranco. Las fotos lo dicen todo.




Cuando hicimos cima, mejor dicho, borde, nos sentimos con la satisfacción del deber cumplido: Ya podíamos bajar a comer, ¡a borde manteles¡ Y así lo hicimos, cruzándonos en el camino con un numeroso grupo de jovenzuelos y jovenzuelas que, cual bucólico rebaño, triscaba por el sendero bajo el pastoreo de sus profesores. Pero como era pronto y la excursión se nos estaba quedando un poco corta, hicimos un par de kilómetros bordeando el río Gallo y, a la vuelta, después de una corta visita al Santuario, nos tomamos una cervecitas en la terraza “ad hoc” de que dispone el pequeño restaurante adosado a la ermita.



En el restaurante de Molina de Aragón nos dio la sorpresa el inefable Paco A, que se nos personó a comer “ porque pasaba por allí “. ¡Qué grande eres, Paco¡ Comida agradable, con espectacular discusión sobre el concepto de “nación“ que mantuvieron Joaquín y Rafa, dos pesos pesados de la controversia. Braulio y yo tuvimos el placer de asistir a ella e incluso participar modestamente.

Nada más. A la vuelta volvimos a parar en La Venta de Almadrones y, esta vez sí, tomarnos un café para reanimarnos de cara a los 103 Km. que nos aguardaban.


Si hay que valorar, yo le daría al líder las gracias y un sobresaliente “cum laude”, por llevarnos (a algunos a empujones) a un sitio tan sugerente, bonito y diferente de excursiones más estándar. Gracias Juan Ignacio.

6 comentarios:

  1. En mi opinión y modestia aparte, esta página a quedado " que te cagas ".
    Fabulosa composición del regidor. Muchas gracias, Paco M.
    Lo que siento es que no llegara a tiempo mi correccción: El rio no es el Gallego sino el Gallo.

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    1. Nunca es tarde si la dicha es buena, Antonio. El nombre del río ya se ha corregido.

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  2. Antonio, te perdonamos lo del río porque todo lo demás ha quedado tal como tu lo calificas. Da la impresión que ha merecido mucho la pena la madrugada y los kilómetros.
    Lástima no haber podido estar.

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  3. Pues querido bloguero de reconocida fama mundial, siento tener que enviar un par de enmiendas parciales a esta extraordinaria entrada del blog.

    La primera es que al ilustre narrador se le ha ido la cabeza con la proximidad de las elecciones que asolan al país. Me refiero a que a la hora de coger la papeleta tendrá que fijarse bien en el apellido de su candidato preferido, pero a la hora de nombrar la orilla de un río no puede utilizar el apellido del candidato sino su denominación de toda la vida: ribera.

    La segunda es que aunque en el video se ven imágenes preciosas desde arriba, echo en falta en el corpus del artículo unas imágenes espectaculares como las que tuvimos la suerte de contemplar. Dado que no todos los chinos que te siguen en el blog tienen software compatible para ver el video, convendría que añadieras alguna imagen de las de desde arriba que probablemente te hayamos enviado.

    Amén.

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    1. Bien por las precisiones que haces, Ignacio. Quedan resueltas ambas.

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  4. La letra, la música, la fotografía de esta crónica es de una calidad superior, al mismo nivel que el paisaje de una marcha fantástica. La presencia inesperada de Paco el de Jávea una alegría como pocas. Y la comida también, todo, todo...
    Gracias a todos los implicados.
    Besos y abrazo,
    Rodrigo (el que regresó de Panamá para encontrarse con esto)

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