domingo, 25 de mayo de 2025

21 de mayo de 2025. MINAS DE COLMENAREJO

Ruta inédita planteada por José Luis en el primer día caluroso de esta primavera hasta ahora fresca y lluviosa. Ignacio añade Cerro del Burro al título, pero yo no lo  hago por dos motivos: el primero es que no todos los componentes del grupo de hoy hollaron esta cima legendaria; el segundo es que, puesto en el título, tal parece que ese promontorio significa en nuestra jornada lo que el Everest significó para Hillary o Moby Dick para el capitán Ahab. Pues no. El Cerro del Burro tiene una altura de 769 m. y el lugar donde culminó la expedición, curiosamente el mismo donde empezó, 871. Es decir, que desde el Cerro del Burro tuvimos que ascender 102 m. para sentarnos en los coches de vuelta o alrededor de 60 m. para acompañar el bocadillo con el rico caldo de la bota del Aurelio. O sea, que este cronista se queda en el título con lo de las minas y ya está.


La jornada se inició con un café y churros en la plaza de la Constitución de Colmenarejo. Y el paseo arrancó desde un terreno aledaño al campus de Colmenarejo de la Universidad Carlos III. No quiero insistir, pero ya entenderán que lo del Burro no queda a la misma altura que la Constitución o la Universidad.
 
11:06 Antonio tampoco queda a la misma altura que José María e Ignacio, pero es que estos al igual que el fotógrafo, están en un terreno más elevado. Lo digo como aclaración a la engañosa perspectiva y para que los amigos ausentes no piensen que Antonio ha encogido. Allá detrás, Aurelio se fija en un tractor que desaparece. El autobús verde atiende a las necesidades de transporte de la universidad. Aquí, lo rural y lo académico se encuentran muy próximos, tal como debería ser.

11:32 En este primer largo del paseo, sol y sombra. Ahora más sombra que sol y, más tarde, al contrario. Este camino transcurre por el Cordel de la Espernada. Esto de la espernada averiguo que quiere decir remate de la cadena con un eslabón abierto. Si les vale... Por cierto, que hemos logrado ser 8: Antonio, Aurelio, Gonzalo, Ignacio, José Luis, José María, Paco A. -albricias- y este cronista de los sofocos.

11:48 Paco A. trasunto de Colón, señalando probablemente las torres de la Castellana, visibles desde aquí en este día de aire claro.
Son las 12:08 y el piscolabis no se debe retrasar, empero los churros recientes. Nada mejor que unas peñas con su pizca de sombra y sus vistas para comprobar que el gps no se equivoca. Y la aparición simpática de un amigo del hombre y de las viandas.

12:30 Se nos ocurre a unos cuantos subir a un altozano para curiosear los restos de una de las minas que ponen título a este paseo. 

12:31 Lo que queda de la mina es apenas un pozo cegado, un agujero, desde donde el cronista hace la foto a sus compañeros. Adorna mucho esa planta de color rojo subido que hoy vemos con frecuencia. Las casas que ponen el fondo a la foto superior pertenecen a la urbanización Las Cuestas, de nombre descriptivo pero poco original.

12:54 Tramo de nuestro paseo, entretenido y vistoso. Hierba alta y flores por doquier; olores fragantes. Y propuesta para visitar otra alturilla, el Cerro del Burro, que no deja huella apreciable en el recuerdo del cronista. 

13:36 La sabana que dice Ignacio, disfrutando mucho, como todos, de estas praderas exuberantes.

13:57 La antigua mina de cobre ha dejado estos restos de construcciones protegidas por alambradas, traicioneras por estar rotas y semiocultas en la vegetación. Al cronista le gustan las piedras y siente no tener tiempo para rebuscar en la escombrera algún trozo de malaquita o de azurita, tan vistosas .  

14:36 Hace calor, pero a la sombra de una buena encina se está mejor que bien para almorzar. José María nos retrata, así que él - e Ignacio no sé por qué- quedan fuera de la foto.

16:17 Se ha concluido el acto final de la jornada con refrescos y cafés en la plaza de la Constitución. Al fondo, el importante edificio del Ayuntamiento de Colmenarejo. ¡Será por ayuntamientos! Ahora hay que encontrar los coches, perdidos tras las vueltas y revueltas hasta encontrar un hueco.

8,5 km. y 246 m. Todo un everest para este cronista sofocado.

El campo, así sin más, en pascua florida, con su silencio, sus praderas en modo sabana, su terreno movido, sus retazos de historia de la minería, encinas, retamas y aulagas, la compañía, los cafés y los refrescos al aire libre, ¿hay quien de más?. 

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