miércoles, 2 de julio de 2025

18 de junio de 2025. CASCADA DEL HERVIDERO

Hervidero no sé bien por qué. Hoy quizá por calor, o por las numerosas criaturas de sangre caliente o hirviente, como dice Ignacio, bañándose en la lagunilla en la que se vierte la cascada. En convocatoria universal, hemos quedado para clausurar el curso 24 - 25. Primero, paseando lo que el calor y las fuerzas nos permitan. Segundo, celebrando un bordemanteles que facilite el encuentro con todos. Ignacio se ha ocupado de lo primero y Antonio de lo segundo. La reunión previa, la del desayuno de las 10, ha tenido lugar en una cafetería - restaurante, donde también comeremos, de la A-1, cerca de San Agustín de Guadalix. 



10:53 Marc, Braulio, José María, Gonzalo, José Luis, Paco A. e Ignacio; Antonio por ahí pero fuera de la vista, y el fotógrafo que queda detrás de la cámara, componen un buen equipo, presto a explorar las riberas del río Guadalix. El fotógrafo queda detrás de la cámara porque en la época en que se enseñó a hacer fotos, todavía no se había descubierto eso del selfie y ahora ya le parece un tanto oportunista emplear esa nueva técnica. Sí conoce, sin embargo, el autorretrato, pero lo tiene circunscrito y reservado para las sesiones de estudio y, fundamentalmente, para la pintura. Muy cerca de la marcha, el polígono industrial El Raso, afortunadamente semioculto por la abundante vegetación. Hace calor ya, de manera que se agradece la abundante sombra. 

10:58 El camino, bueno y evidente, va por la margen izquierda del río, por la Colada de las Huelgas del Río Guadalix, de bonito nombre. Huelgas sí, pero no japonesas, ni de brazos caídos, ni de celo, ni, por supuesto, revolucionarias o salvajes. Huelga más bien en la acepción de terreno especialmente fértil o, como a este cronista le gusta pensar que es, en la ya desusada acepción de recreación o esparcimiento que se tiene en el campo o en un sitio ameno. Estará en desuso esa acepción de la palabra huelga, pero esa es la que justamente corresponde a lo que este grupo de amigos - y muchos otros jóvenes de vacaciones - van a hacer por estos lares en el día de hoy. Dígase pues, ¡vivan las huelgas del río Guadalix!

Puro adorno de la crónica, los reflejos en la serena superficie del río.


11:17 Como Ignacio no ha traído la cámara, este cronista se empeña en emularlo aplicando el efecto seda a este pequeño salto de agua que llaman por aquí la presa Becerra. Dejando de lado que más que seda, eso que ha salido parece algodón de azúcar de feria, y siguiendo con los significados de la toponimia, este cronista se atreve a interpretar lo de becerra no en clave de cría de vaca, sino en la botánica de "boca de dragón" o "becerra", una flor rosada que hoy vemos frecuentemente a nuestro paso y que debe ser abundante en esta zona. Para los curiosos, véase la "Antirrhinum majus".


11:53 Estamos donde una escalera de piedra, estrecha, empinada, torcida, lleva hasta la lagunilla del Hervidero, con su cascada doble y, hoy, con su bandada de bañistas. De los del grupo, hay algunos que prefieren no bajar, que dicen que ya se lo saben y que no quieren arriesgar un trompicón en el paso poco simpático de la escalera. Los que bajan, ahí los tienen en la foto, se asoman a ver qué ven.


Se ve, por ejemplo, la silueta de un perro atento a la actividad de los que se bañan. Al cronista le ha salido desenfocado el can, pero aprovecha para mostrar las ondulaciones del agua que reflejan el color de las grandes rocas, caliente como el día.

 
Se ve el doble salto de agua y alguno de los chavales que toman el sol, hacen equilibrios sobre las peñas y se refrescan. 


Se ve a Antonio, espíritu joven donde los haya, que aprovecha el tiempo para refrescarse él también.


12:43 Hemos vuelto al camino, pasado el baño, el piscolabis y el breve descanso a la sombra. En este tramo del río Guadalix hay muchas y buenas infraestructuras, como este viaducto, que hablan de la importancia del río que tuvo para el suministro de agua a la capital. Un poco más adelante, el grupo se divide en dos. Unos hemos preferido acortar el trazado original buscando más sombra cerca del río mientras que otros eligen el recorrido previsto, ligeramente más largo pero todo él por pista. Para gustos hay colores o calores y en el día de hoy tanto da. Al final resultó que el trazado de la pista estaba cortado por una valla, así que todos hicimos más o menos el mismo itinerario. 


13:04 Esta de la foto es una obra más modesta que la anterior. Puente o pasarela, que no viaducto, pero de bonito diseño y conveniente para volver a la margen izquierda del río y aproximarnos a las Huelgas ya mencionadas.


Un nuevo adorno a la faena. No añade apenas nada a la suerte suprema de informar acerca de los aconteceres del día, objetivo de esta página de la bitácora, pero es que esos reflejos conquistaron la mirada del cronista, muy necesitado de sombra y frescor.


13:22 Punto de reunión del final del paseo, haciendo tiempo para la hora de la comida, en el área recreativa Laguna de los Patos, ausentes hoy ambos, laguna y patos, de nuestra mirada curiosa. 


13:30 Mientras tanto, Paco A. ha encontrado un agradable rincón provisto de buen asiento y reclama los oficios, no sé si buenos, del fotógrafo para que de cuenta y razón de la existencia de un banco con vistas a la corriente prácticamente en el cauce del río. Es decir, que cuando haya suficiente agua, el banco estará en mojado si no se traslada antes. 

Hacia las 2. En el restaurante, bien servido y con buena temperatura, la reunión ha sido, sin embargo, cálida. Hago recuento de asistentes: Antonio, Braulio, Ignacio, Gonzalo, Joaquín, José Luis H., José Luis de A., José María, Marc, Paco A., Rafa, Rodrigo y este cronista. Aurelio, Pedro y Salva también han estado, aunque no en persona.


15:35 José Luis de A. ha celebrado su cumpleaños hace nada. Como es un chaval, Antonio recurre al abstracto en esa estupenda pintura de su mano para trasladarle el afecto de todos y el deseo de que cumpla muchos más.


Y también Aurelio, con su bonita interpretación en acuarela de una cascada de las de nuestro paseos. Gracias a Antonio y a Aurelio por hacernos partícipes de su particular homenaje.


Y con el mapa, el resumen del paseo de hoy, de magnitudes más que discretas, más bien disculpa de la celebración y colofón del curso. Para cifras y datos, los del curso completo, que Ignacio ha entregado como suele hacer: 34 paseos de miércoles, 338 km. de distancia y 8.332 m. de desnivel positivo. Y lo que las cifras no dicen ni las crónicas recogen, que es mucho. Mucho y muy bueno.

lunes, 16 de junio de 2025

11 de junio de 2025. LOS CAMBROÑOS EN FLOR, QUE NO "REFUGIO DE PASTORES".

Duda el cronista el título que mejor le va a este paseo en día nublado y de alivio relativo de los calores -o las calores- que se vienen estilando en estos días. No se titula "refugio de pastores", que al cronista le gusta pero que corresponde a otro miércoles, y en esto de los títulos hay que ser descriptivo y riguroso. La ruta se había propuesto como "los cambroños en flor", versión carpetana de los cerezos en flor de reminiscencias proustianas. Pero resultó que los cambroños que vimos al paso no florecían ni como para título de una noticia de ecos de sociedad en un periódico de provincias, menos aún de una página de nuestra esclarecida publicación. Fuimos llegando a la conclusión de que habíamos llegado demasiado tarde y que la floración del cambroño es tan efímera como la de aquella flor que Daniel el travieso impidió disfrutar al pobre señor Wilson inolvidable. En cualquier caso, por flores no quedó, que allí estaban los muy numerosos ejemplares de rosales silvestres, con sus preciosas flores blancas de ligero tinte rosado, tan nuestras y serranas como el esquivo cambroño. 

Quedamos en una cafetería de Los Molinos, a las 10 de la mañana. Nos presentamos los que siguen: Antonio, Aurelio, Gonzalo, Ignacio, José Luis, José María y el que les habla con estas imágenes y letras. Después del desayuno nos acercamos en coche a un sitio en la periferia del pueblo, con amplio espacio para estacionar y con La Peñota presidiendo la escena. Muy nublado el día como ya se ha dicho y bastante aceptable la temperatura.

10:43 Con lo que se ve en la fotografía ya queda todo dicho respecto al comienzo del paseo.

11:08 Imponente masa vegetal que abraza el buen camino (camino de Villareal) que nos lleva a la ermita de la Virgen del Espino, incluida como apéndice (mejor, complemento) en la ruta circular de hoy. 

11:41 En la ermita, un primer descanso y un primer trago de las cantimploras. 


Alrededor de la 12 del mediodía, ya desandado el camino que nos llevó a la ermita (Jorge Sepúlveda y su "camino verde que va a la ermita" en mi memoria), se pasa por la linde de una finca de cuidadas cercas de piedra y jugosos pastos. Hay vacas pero también caballos de buena planta. El nombre de la finca: ¿Prados Monteros? Hay topónimos y nombres elegantes, como ese.


12:15 Y un cuarto de hora más tarde nos detenemos para el piscolabis sobre la pared de piedra de un gran prado florido, con caballos y lo que parece buena casa. 


12:52 Llegamos a la presa de los Irrios. El cronista, que acaba de hacer referencia a los topónimos, no se queda contento hasta tanto averigüe algo sobre la palabra irrio, tan inusual. En una primera aproximación, parece que es expresión galaica para designar un personaje o peliqueiro de las fiestas locales de Castro Caldelas en honor de Nuestra Señora de los Remedios. Sea. Pero puede que también sea, fuera de Galicia, una deformación o derivación del verbo irrigar o regar. Como estamos en Castilla y en presencia de agua, optamos por esta acepción y dejamos al peliqueiro en manos de José Luis y José María para que lo examinen y escruten.


13:00 El intento de rodear el pequeño embalse por el norte ha fracasado. Numerosos regueros que lo alimentan han dejado por allí el terreno encharcado e impracticable, de manera que tomamos un sendero que pasa por debajo de la presa para acceder a la orilla norte. Como excepción del suave recorrido de hoy, un reguero de agua proveniente del embalse ha dejado un surco de tierra resbaladiza en el que hay que poner atención. Ya al otro lado de la presa, un buen panel informativo menciona los cambroños pero no nos aclara nada sobre la época de floración.


13:11 En un breve recorrido junto con Ignacio para explorar la orilla norte del embalse, el cronista casi se da de bruces contra un ternero de mirada acobardada, como agazapado tras unos matorrales. Le pregunta sobre el motivo de su temor pero no obtiene respuesta, así que lo deja en paz y decide recrearse con la vista de las flores del rosal silvestre. Ambas son cosas de la vida en el campo que para un habitante de la gran ciudad también son de gran contento.


13:26 Durante ese largo recorrido que va desde la presa de los Irrios hasta casi la entrada a Los Molinos los rosales silvestres adornan a uno y a otro lado del camino y compensan, ¡vaya si compensan!, la ausencia de la flor amarilla del "adenocarpus hispanicus". El sol se abre paso entre las nubes y al mismo tiempo las hace crecer blancas y orondas, preñadas de presagios de agua.


14:05 Valga como reparación esta muestra de la flor del cambroño, tan esquiva en el día de hoy, acompañando la fotografía del final del almuerzo, con los paseantes vueltos de espaldas al fotógrafo y preparando chubasqueros. Unas pocas gotas avisan de que la hora del chaparrón, muy anunciada por Ignacio y sus instrumentos, está a punto de llegar.


14:39 Apenas unos cientos de metros nos separan del sitio donde hemos dejado los coches. Los más previsores se han provisto ya de paraguas e impermeables, pero, como dice Ignacio en su resumen, ¡uff!, por poco pero secos, llegamos a ponernos a cubierto. 

Casi los 10 km. y 160 y tantos metros de desnivel positivo.

Flores de esto o de aquello, pero flores y vegetación abundante; un recorrido asequible; un paréntesis en el bochorno de estos días; una penúltima ocasión de andar juntos antes de las... ¿vacaciones? Puesto así, lo firmo. 

domingo, 25 de mayo de 2025

21 de mayo de 2025. MINAS DE COLMENAREJO

Ruta inédita planteada por José Luis en el primer día caluroso de esta primavera hasta ahora fresca y lluviosa. Ignacio añade Cerro del Burro al título, pero yo no lo  hago por dos motivos: el primero es que no todos los componentes del grupo de hoy hollaron esta cima legendaria; el segundo es que, puesto en el título, tal parece que ese promontorio significa en nuestra jornada lo que el Everest significó para Hillary o Moby Dick para el capitán Ahab. Pues no. El Cerro del Burro tiene una altura de 769 m. y el lugar donde culminó la expedición, curiosamente el mismo donde empezó, 871. Es decir, que desde el Cerro del Burro tuvimos que ascender 102 m. para sentarnos en los coches de vuelta o alrededor de 60 m. para acompañar el bocadillo con el rico caldo de la bota del Aurelio. O sea, que este cronista se queda en el título con lo de las minas y ya está.


La jornada se inició con un café y churros en la plaza de la Constitución de Colmenarejo. Y el paseo arrancó desde un terreno aledaño al campus de Colmenarejo de la Universidad Carlos III. No quiero insistir, pero ya entenderán que lo del Burro no queda a la misma altura que la Constitución o la Universidad.
 
11:06 Antonio tampoco queda a la misma altura que José María e Ignacio, pero es que estos al igual que el fotógrafo, están en un terreno más elevado. Lo digo como aclaración a la engañosa perspectiva y para que los amigos ausentes no piensen que Antonio ha encogido. Allá detrás, Aurelio se fija en un tractor que desaparece. El autobús verde atiende a las necesidades de transporte de la universidad. Aquí, lo rural y lo académico se encuentran muy próximos, tal como debería ser.

11:32 En este primer largo del paseo, sol y sombra. Ahora más sombra que sol y, más tarde, al contrario. Este camino transcurre por el Cordel de la Espernada. Esto de la espernada averiguo que quiere decir remate de la cadena con un eslabón abierto. Si les vale... Por cierto, que hemos logrado ser 8: Antonio, Aurelio, Gonzalo, Ignacio, José Luis, José María, Paco A. -albricias- y este cronista de los sofocos.

11:48 Paco A. trasunto de Colón, señalando probablemente las torres de la Castellana, visibles desde aquí en este día de aire claro.
Son las 12:08 y el piscolabis no se debe retrasar, empero los churros recientes. Nada mejor que unas peñas con su pizca de sombra y sus vistas para comprobar que el gps no se equivoca. Y la aparición simpática de un amigo del hombre y de las viandas.

12:30 Se nos ocurre a unos cuantos subir a un altozano para curiosear los restos de una de las minas que ponen título a este paseo. 

12:31 Lo que queda de la mina es apenas un pozo cegado, un agujero, desde donde el cronista hace la foto a sus compañeros. Adorna mucho esa planta de color rojo subido que hoy vemos con frecuencia. Las casas que ponen el fondo a la foto superior pertenecen a la urbanización Las Cuestas, de nombre descriptivo pero poco original.

12:54 Tramo de nuestro paseo, entretenido y vistoso. Hierba alta y flores por doquier; olores fragantes. Y propuesta para visitar otra alturilla, el Cerro del Burro, que no deja huella apreciable en el recuerdo del cronista. 

13:36 La sabana que dice Ignacio, disfrutando mucho, como todos, de estas praderas exuberantes.

13:57 La antigua mina de cobre ha dejado estos restos de construcciones protegidas por alambradas, traicioneras por estar rotas y semiocultas en la vegetación. Al cronista le gustan las piedras y siente no tener tiempo para rebuscar en la escombrera algún trozo de malaquita o de azurita, tan vistosas .  

14:36 Hace calor, pero a la sombra de una buena encina se está mejor que bien para almorzar. José María nos retrata, así que él - e Ignacio no sé por qué- quedan fuera de la foto.

16:17 Se ha concluido el acto final de la jornada con refrescos y cafés en la plaza de la Constitución. Al fondo, el importante edificio del Ayuntamiento de Colmenarejo. ¡Será por ayuntamientos! Ahora hay que encontrar los coches, perdidos tras las vueltas y revueltas hasta encontrar un hueco.

8,5 km. y 246 m. Todo un everest para este cronista sofocado.

El campo, así sin más, en pascua florida, con su silencio, sus praderas en modo sabana, su terreno movido, sus retazos de historia de la minería, encinas, retamas y aulagas, la compañía, los cafés y los refrescos al aire libre, ¿hay quien de más?. 

sábado, 12 de abril de 2025

9 de abril der 2025, ALREDEDORES DE EL BERRUECO y BORDEMANTELES

Conjeturas, lo que este cronista ha podido hacer sobre una jornada cuya primera parte, la del paseo, se perdió. Ni siquiera conjeturas: una par de fotos de Antonio y la confirmación de que ese paseo estuvo muy bien, apenas para abrir el apetito de un aperitivo copioso y el subsiguiente bordemanteles. Como en otras de estas ocasiones, la gran alegría de reunir al grupo casi completo. Este cronista no pierde la esperanza de verlo así en breve plazo.  


El paseo consistió en esa ruta circular que aparece en el mapa. El embalse está espléndido después de las últimas lluvias y el día ha acompañado, con sol y buena temperatura, casi calor para algunos. 

7 km. y 81 m. de desnivel.


Los del paseo, excluido Antonio que tomó la fotografía. Es decir, de izquiera a derecha, Gonzalo, Aurelio, José Luis, José María, Pedro G. e Ignacio.

Y estos son los asistentes a la comida. De izquierda a derecha: PacoMC, Pedro P., José María, Rodrigo, José Luis, Ignacio, Paco A., Joaquín, Pedro G., Aurelio, Rafa, Gonzalo y Antonio. No sé que hacían Ignacio y Paco asomándose desde abajo.


lunes, 31 de marzo de 2025

26 de marzo de 2025. RÍO ERESMA Y CERRO DE LAS RUEDAS

Ruta esta de hoy también conocida como la del divorcio, que, al igual que los otros al uso acaba siendo cosa de dos, cada uno por su lado. Dos rutas y, por lo tanto, dos crónicas, con las que este escribiente tiene que tratar de pergeñar la entrada en la bitácora. Dado que se trabaja, por ausencia en ese misterioso día, con las palabras y las imágenes de otros, me encomiendo a la indulgencia de los lectores. Letras de José Luis, Antonio con su inteligencia postiza y algunas de Ignacio. Fotos entiendo que de Antonio y alguna más de Marc.


Dice Ignacio, resumiendo la jornada: 

Igualito que la película, pero en lugar de unos a Boston y otros a California, el miércoles algunos se fueron al Cerro de las Ruedas y otros al Río Eresma. Fué una separación de mutuo acuerdo pero no deseada, forzada por las circunstancias del tráfico. Así que unos disfrutaron de un paseillo al sol y los otros nos metimos hasta las trancas en el agua. Afortunadamente la profesionalidad de Marc en gestión de crisis nos permitió utilizar una vía de escape estupenda con la que llegamos a Valsaín disfrutando del paisaje.

Y dice José Luis, más prolijo
 
La ruta original había sido perfectamente planificada por nuestro explorador belga que, me consta, estaba al alba en la Granja de San Ildefonso a fin de asegurar todos los posibles cabos sueltos. Ese madrugón precisamente le impidió detectar lo que poco después se nos venía encima a algunos incautos que acudíamos a la cita utilizando la M-601 sin percatarnos de dos circunstancias adversas: 1, la nieve en las cumbres de Navacerrada, Cotos, y Valdesquí que atraía a miles de gentes mas o menos aficionados a la nieve, y 2 un enorme socavón en la N-VI en su travesía por San Rafael que había obligado a las autoridades a cortar el tráfico por el Alto del León, obligando a conductores a utilizar la autopista de peaje o, incluidos los segovianos que, en enorme cantidad optaros también por la M-601.

En resumen, después de una larga espera en el atasco en la confluencia de la M-607 con la M-601, tres de los convocados (Equipo B) decidimos darnos a vuelta, no sin antes avisar al líder de tal decisión, el cual, muy comprensivo, nos animó a ello.  

Ruta del Eresma muy crecido (A)

Los que llegaron hasta el punto de reunión previsto por Marc (Ignacio, Aurelio y el propio Marc) se embarcaron en la ruta de las Pesquerías Reales Y por si alguien duda del relato, aquí deja Ignacio un testimonio del tramo de camino bañera donde tuvieron que darse la vuelta. 



A esta redacción han llegados tres fotos más que creo corresponden a esta ruta que ha dado en llamarse A.


Ruta del Cerro de las Ruedas (B)

(Y sigue José Luis su narración). El día era espléndido en las cercanías del pueblo de Navacerrada, así que tras un café y breve deliberación entre los integrantes del Equipo B (Antonio, Gonzalo, y yo mismo), decidimos hacer un recorrido por un camino conocido que nos conduciría, con parada inicial en la Ermita de San Antonio, primero al Cerro de las Campanillas y más tarde al Cerro de Las Ruedas en donde disfrutamos de unas preciosas vistas del paisaje que se domina en 360º desde la torre de vigilancia forestal situada en la cima, de lo que queda constancia en algunas fotografías que nos hicimos unos a otros.



Bajamos del mirador alrededor de las 14h, momento preciso de comernos el bocadillo sentados en unas piedras bien situadas al sol y a sotavento, disfrutando de las buenas viandas y mejor conversación.

Lo demás ya es historia mierconista, una jornada convocada inicialmente en San Ildefonso, y que finalmente se desarrolló por dos equipos simultáneamente en dos localizaciones distintas.


El Cerro de las Ruedas según la IA de Antonio (infinitamente más pobre que la del propio Antonio)

El Cerro de las Ruedas está en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama y forma parte de un paisaje montañoso caracterizado por sus cumbres rocosas, bosques de pinos y una fauna variada. Su nombre proviene de las grandes rocas redondeadas que recuerdan a ruedas, una formación geológica interesante que destaca en el paisaje. Este cerro, junto con los cercanos picos y collados de la sierra, es un lugar ideal para hacer senderismo, ciclismo de montaña y otras actividades al aire libre.

La zona es muy conocida por los aficionados a la naturaleza y ofrece vistas espectaculares del Valle de la Barranca y otras áreas circundantes, incluyendo el Puerto de Navacerrada. Además, la proximidad con Madrid convierte a este cerro y sus alrededores en un lugar de fácil acceso para escapadas de fin de semana.


Ruta A: 12 km. y 201 m.


Ruta B: 8 km. y 324 m.