lunes, 8 de enero de 2024

20 de diciembre de 2023, ATALAYA DEL BERRUECO. ("Crónica de un desmemoriado", dice el autor)).

El cronista por defecto - esto dicho en el doble sentido de la palabra - ha tenido que dar un mal paso para que se descubriera en José María otro cronista de excepción - también en el doble sentido - que, junto a José Luis, Antonio, Salva, Rodrigo y algún otro que se me escapa, han cogido la pluma y han venido a dejar para la posteridad huella de las andanzas de este grupo de amigos. Bienvenido sea aunque no lo haya sido tanto el motivo, enhorabuena.


La atalaya de El Berrueco, también conocida como atalaya de Torrepedrera, es una torre vigía de origen musulmán, construida en algún momento entre los siglos IX y X. Se encuentra enclavada en lo alto de un cerro de 1.030 m de altitud, cerca del embalse de El Atazar.



Fue ésta una ruta paseo de 5,4 km. de longitud y 236 m. de desnivel, preparatoria de la comida Mierconista de Navidad. A este fin, cinco aguerridos Mierconistas (Gonzalo, Antonio, Ignacio, José Luis H. y José María) se citaron a las 10:00 en el bar El Álamo 2 de El Berrueco, y tras el correspondiente desayuno desarrollar la misión táctica de ocupar la atalaya a la hora más conveniente para desde ahí, y sin demora, llegar puntuales a la comida; cosa que hicimos brillantemente gracias al magnífico liderazgo de Gonzalo. Para ello, partimos en tres coches por la M-137 para tomar luego la M-133 y al llegar a la altura de la atalaya, aprovechando un ensanchamiento del arcén, dejamos un coche, continuando luego la carretera hasta el aparcamiento situado en el Km 6,5, desde donde iniciamos la ruta-paseo.



Creo que el nombre de ruta-paseo es apropiado, pues el inicio del mismo por el cortafuegos que va del aparcamiento al cerro Cerugea es largo y pino (ruta) y el resto llano, descendente o ligeramente ascendente (paseo). Una ligera brisa nos acompaña mientras subimos al cerro y enseguida nos encontramos a nuestra derecha con una bonita vista del embalse de El Atazar. Continuamos subiendo y antes de que se nos cayeran los calzones llegamos a la cima del cerro Cerugea, desde donde se nos abre una amplísima pista y podemos contemplar unas estupendas vistas gracias a un día claro y ventilado, con un viento que ha pasado de brisa a la categoría de fresco o frescachón. Poca cosa para los Mierconistas.




Seguimos ahora nuestro paseo y pronto divisamos a lo lejos nuestro destino, pero tenemos tiempo de ir con calma y disfrutar de las estupendas vistas que pueden contemplarse desde este paseo en altura y encontrar un lugar apropiado tras unos arbolillos para refugiarnos del viento y, de pie, tomar el piscolabis.


Poco después comenzamos el descenso hasta la carretera M-133, ahora ya por un sendero mucho más estrecho, y cruzando ésta nos dirigimos a nuestro destino, que tenemos a tiro de piedra y a donde llegamos cumpliendo horario y con tiempo para hacernos unas fotos y marcharnos con viento fresco, que es lo que hacía, para coger el coche de Gonzalo, estratégicamente situado a pie de la atalaya, e irnos todos hasta el aparcamiento desde el que iniciamos la ruta y, de allí a la cuchipanda que, ya con el grueso del grupo, nos esperaba a las 14:30 en el restaurante El Picachuelo, para despedir la temporada Mierconista 2023.




Al Picachuelo acuden algunos de los que se han perdido la ruta - paseo: José Luis de A., Paco A., Paco MC, Pedro y Salva. Pero la partida completa, sin ausencias, se reúne en el libro "Huellas de nuestros paseos" que recoge los retratos de cada uno, de los dieciséis, que Ignacio ha hecho a lo largo de este último año y que nos entrega al final de la comida. Por su parte, José Luis de A. recibe además su copia ampliada, soberbia muestra de la técnica y la sensibilidad de nuestro fotógrafo. Salva dice que se despide y nos regala una camiseta verde con un dibujo que desde ya incorporamos a la iconografía mierconista. En realidad, Salva cambia de ciudad de residencia, pero allí hay también grandes espacios para pasear, de manera que iremos haciendo planes. Tras los postres, un brindis con espumosos y una cálida despedida -por los afectos, que no por la temperatura- hasta el nuevo año. 





Fueron 5,5 km. y 240 m. de subir y bajar.


1 comentario:

  1. Bonito paseo, agradable comida y celebraciones varias, todo ello muy bien reflejado en esta magnífica crónica de un día histórico mierconista.
    ¡Enhorabuena!

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