lunes, 31 de marzo de 2025

26 de marzo de 2025. RÍO ERESMA Y CERRO DE LAS RUEDAS

Ruta esta de hoy también conocida como la del divorcio, que, al igual que los otros al uso acaba siendo cosa de dos, cada uno por su lado. Dos rutas y, por lo tanto, dos crónicas, con las que este escribiente tiene que tratar de pergeñar la entrada en la bitácora. Dado que se trabaja, por ausencia en ese misterioso día, con las palabras y las imágenes de otros, me encomiendo a la indulgencia de los lectores. Letras de José Luis, Antonio con su inteligencia postiza y algunas de Ignacio. Fotos entiendo que de Antonio y alguna más de Marc.


Dice Ignacio, resumiendo la jornada: 

Igualito que la película, pero en lugar de unos a Boston y otros a California, el miércoles algunos se fueron al Cerro de las Ruedas y otros al Río Eresma. Fué una separación de mutuo acuerdo pero no deseada, forzada por las circunstancias del tráfico. Así que unos disfrutaron de un paseillo al sol y los otros nos metimos hasta las trancas en el agua. Afortunadamente la profesionalidad de Marc en gestión de crisis nos permitió utilizar una vía de escape estupenda con la que llegamos a Valsaín disfrutando del paisaje.

Y dice José Luis, más prolijo
 
La ruta original había sido perfectamente planificada por nuestro explorador belga que, me consta, estaba al alba en la Granja de San Ildefonso a fin de asegurar todos los posibles cabos sueltos. Ese madrugón precisamente le impidió detectar lo que poco después se nos venía encima a algunos incautos que acudíamos a la cita utilizando la M-601 sin percatarnos de dos circunstancias adversas: 1, la nieve en las cumbres de Navacerrada, Cotos, y Valdesquí que atraía a miles de gentes mas o menos aficionados a la nieve, y 2 un enorme socavón en la N-VI en su travesía por San Rafael que había obligado a las autoridades a cortar el tráfico por el Alto del León, obligando a conductores a utilizar la autopista de peaje o, incluidos los segovianos que, en enorme cantidad optaros también por la M-601.

En resumen, después de una larga espera en el atasco en la confluencia de la M-607 con la M-601, tres de los convocados (Equipo B) decidimos darnos a vuelta, no sin antes avisar al líder de tal decisión, el cual, muy comprensivo, nos animó a ello.  

Ruta del Eresma muy crecido (A)

Los que llegaron hasta el punto de reunión previsto por Marc (Ignacio, Aurelio y el propio Marc) se embarcaron en la ruta de las Pesquerías Reales Y por si alguien duda del relato, aquí deja Ignacio un testimonio del tramo de camino bañera donde tuvieron que darse la vuelta. 



A esta redacción han llegados tres fotos más que creo corresponden a esta ruta que ha dado en llamarse A.


Ruta del Cerro de las Ruedas (B)

(Y sigue José Luis su narración). El día era espléndido en las cercanías del pueblo de Navacerrada, así que tras un café y breve deliberación entre los integrantes del Equipo B (Antonio, Gonzalo, y yo mismo), decidimos hacer un recorrido por un camino conocido que nos conduciría, con parada inicial en la Ermita de San Antonio, primero al Cerro de las Campanillas y más tarde al Cerro de Las Ruedas en donde disfrutamos de unas preciosas vistas del paisaje que se domina en 360º desde la torre de vigilancia forestal situada en la cima, de lo que queda constancia en algunas fotografías que nos hicimos unos a otros.



Bajamos del mirador alrededor de las 14h, momento preciso de comernos el bocadillo sentados en unas piedras bien situadas al sol y a sotavento, disfrutando de las buenas viandas y mejor conversación.

Lo demás ya es historia mierconista, una jornada convocada inicialmente en San Ildefonso, y que finalmente se desarrolló por dos equipos simultáneamente en dos localizaciones distintas.


El Cerro de las Ruedas según la IA de Antonio (infinitamente más pobre que la del propio Antonio)

El Cerro de las Ruedas está en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama y forma parte de un paisaje montañoso caracterizado por sus cumbres rocosas, bosques de pinos y una fauna variada. Su nombre proviene de las grandes rocas redondeadas que recuerdan a ruedas, una formación geológica interesante que destaca en el paisaje. Este cerro, junto con los cercanos picos y collados de la sierra, es un lugar ideal para hacer senderismo, ciclismo de montaña y otras actividades al aire libre.

La zona es muy conocida por los aficionados a la naturaleza y ofrece vistas espectaculares del Valle de la Barranca y otras áreas circundantes, incluyendo el Puerto de Navacerrada. Además, la proximidad con Madrid convierte a este cerro y sus alrededores en un lugar de fácil acceso para escapadas de fin de semana.


Ruta A: 12 km. y 201 m.


Ruta B: 8 km. y 324 m.

sábado, 29 de marzo de 2025

19 de marzo de 2025. CANCHO DE LA CABEZA (Aunque Ignacio titule CABEZA PEÑA ALTA, allí no llegamos)

En dique seco durante casi todo lo que llevamos de marzo, a causa de las lluvias, decidimos "mojarnos" aventurando el paseo en este día de San José bajo el liderazgo de Gonzalo. Acertaron los meteorólogos previendo una pausa entre chaparrones y acertó Gonzalo con esta ruta variadísima: pistas y peñas, vistas y nieblas, sol y nubes, arroyos y embalses. Eso sí, muchos charcos. Pero a los de esta cuadrilla nunca les ha importando meterse en charcos. Si con esta sucinta entrada en la bitácora se ayuda a los participantes a recordar y a los ausentes, envidiar -en el mejor sentido-  el cronista se dará por satisfecho.


El café de hoy nos ha reunido en Patones de Abajo. En algunos coches se ha desplazado el cuerpo expedicionario al poblado del Atazar, desde donde se ha iniciado la caminata, como diría Marc y está bien dicho.

11:00 Desde el poblado del Atazar, una pista suavemente ascendente. Un largo recorrido sin mayor dificultad. Entre troncos de pino, negros por la mojadura y manchados de verde claro por el líquen. Entre jaras aún sin flor. Sobre el agua que empapa la tierra. 

11:30 Los charcos. Ahí están para meterse o para evitarlos como hace Antonio.

11:43 Sentiría hablar de musgo invasivo aunque hoy se adueña casi de cada roca. Me gusta ese musgo denso y tierno, verde que contrasta y complementa el rojo de la pinacha, setas de no comer, solamente de mirar, con alma de piedra, caricia de la naturaleza.

12:01 La fácil pista ha dado paso al áspero sendero ya en la cercanía de estas modestas cumbres. El cielo gris se nos echa encima, con ganas de llover pero contenidas. 

12:04 Con la excepción del fotógrafo, la expedición al completo. Desde la izquierda, José Luis, Marc, Gonzalo, Ignacio, Aurelio y Antonio. Afortunados.

12:10 Aún faltan unos pasos para la cumbre, pero se nos ha aparecido El Atazar inmenso allá abajo entre las nubes y hay piedras para sentarse. Tiempo para el piscolabis y para estudiar detalles de la marcha en planos y carteles. Al cronista le divierte imaginar a un José Luis maestro en plena clase de primaria. 

12:27 Cumbres más altas se habrán logrado, pero esta del Cancho de la Cabeza, con sus 1263 m., su bronco roquedo, las nubes fugitivas, nos sirve para emular a Tensing y Hillary y a otros conquistadores de lo inútil que diría Lionel Terray.

Excurso

No sé bien por qué, pero este chorreón de pintura verde (¿quien carga con un bote de pintura hasta estas peñas?) me ha hecho pensar en la huella del paso humano. Los hombres sencillos, honestos y francos transforman las piedras salvajes en piedras domésticas. Así ocurre con los hitos, los inussuq de los inuit, pobladores de la tundra ártica. Esos hitos, simples ensamblajes antropomorfos de piedras sueltas, se erigen para que los caminantes, cazadores, viajeros, sepan que otros hombres pasaron por allí: un indicio, un gesto, un verbo, un sentido, un significado, escritura petrificada. (Michel Onfray, "Estética del Polo Norte"). La columna del vértice geodésico no es exactamente lo mismo que que un inussuq, pero ustedes ya me entienden.

Con el Cancho de la Cabeza como testigo este cronista se unió hace ya dieciséis o diecisiete años, de la mano de Gonzalo, a este grupo de amigos, cosa que nunca le agradeceré bastante. 
12:36 Se va bajando con cuidado desde el Cancho hacia Braña Grande. Las piedras resbalan y no es cosa de que un mal paso estropee un buen día.

12:55 Donde en el mapa pone ¨vistas", siempre y cuando la niebla se aparte como es el caso. Un ancho y largo cortafuegos sobre las "Conveniencias de Buitrago", nos conviene también a nosotros para mirar el paisaje y retratarnos.

13:06 Enfrente nos queda Peña Alta, a un tiro de piedra como quien dice. A pesar del título de Ignacio para este paseo, nos damos por satisfechos con el cancho de la Cabeza y la Peña la dejamos para otro día. Al llegar ahí abajo, al collado, giramos a la derecha y emprendemos el tramo, mezcla de pista y sendero, que nos llevará de vuelta a los coches.

AGUA. Meterse en charcos o caminar por arroyos, como resumen de nuestros pasos durante casi todo el trayecto que nos devolvió al poblado del Atazar. 

MUSGO. Que acolcha la nota metálica de la piedra y aligera el verde adusto de los pinos.

CAMINOS. Esencia y forma, identidad y diferencia. Aquí también, en unos como en otros, huellas de manos que los trabajaron y de pasos.

Del almuerzo, sentados en unas pocas peñas desnudas, no conservo imágenes pero sí el recuerdo de la caricia del sol. 

15:06 Hemos concluido la caminata. En el poblado, una huella más, esta vez en la roca.

Epílogo de este espléndido paseo, una visita al Pontón de la Oliva, insólitamente lleno y desembalsando ferozmente. Si quieren, pueden verlo en este breve vídeo.

El cronista ha disfrutado mucho y felicita a Gonzalo por habernos regalado esta jornada. Que sean más.

8,2 km. y 328 m. Pero las cifras no lo dicen todo.